Poco a poco se van conociendo más fragmentos de las cartas de despedida que dejaron tanto Adriana, madre de la niña encontrada muerta en un hotel de Logroño, como de Olga, la abuela, que se suicidó en el río Ebro.

En una misiva de la madre dirigida a Diego, alguien al que llama "mi querido tato", asegura que "está tranquila": "Llegó la hora de cerrar los ojos y a pasar a otro plano donde podamos tener tranquilidad. Han sido cinco años infernales (la edad de su hija) y mi carrera de fondo llegó hasta aquí". "Todo lo que hay es nada. Ya no es solo voluntad sino circunstancias", apunta.

Los extractos han sido publicados por 'ABC' y se trata de la primera vez que hace referencia a la pequeña Carolina, ya que en esta ocasión hace referencia a los años de vida de la menor, que califica de "infernales". A pesar de todo, ella, que fue sorprendida cuando pretendía suicidarse, asegura que no ha asesinado a su hija y que la encontró muerta al salir del baño de la habitación del hotel. En cualquier caso está en prisión acusada de homicidio.

Como informó laSexta, en esas cartas Adriana también se dirigía a su padre. "Solo te pido que lo que es mío luches por ello porque es tuyo. A Ramón le dejé el plan de pensiones. Papá, es poco pero… Se lo dejé a él. A Dani dale todas mis prendas de oro y lo que consideres. Hace tiempo que había escrito esto. Lo siento mucho, papá, pero ahora que tengo a Carolina a mi lado, en este instante, veo que hago lo correcto. Ella hoy decía: 'Mami, no quiero volver, solo estar contigo'. Estoy tranquila. Así que solo te pido perdón por todo. Te queremos".

Pero las cartas más reveladoras son las de la abuela, Olga, quien fue hallada muerta en lo que sería un suicidio, y en las que hace referencia a su hija Adriana. En una dirigida a su hijo Ramón hace referencia a la menor: "Adri se viene conmigo porque tu padre tiene razón, así como está no puede ofrecerle nada a la niña y no quiere verla sufrir, ya sufrió bastante desde pequeña y sabemos que por unos drogadictos y eso es el futuro que le espera. Esto es muy difícil para mí, el dejarte me resulta insoportable pero no tengo otra salida. Te amo con todo mi corazón".

En otra misiva dirigida a su marido, la abuela habla sin tapujos de sus intenciones suicidas: "Me suicidio porque no tengo valor para darles la cara a ti y a Peke". Además, vuelve a hacer referencia a la menor: "Ella no quiere ser una carga para nadie. Ella solo ha estado al servicio de todos porque es la única que conduce (...) Adri está cansada de ver a Carol sufrir. Sabes bien que Javier (el padre de la niña y expareja de Adriana) no las va a dejar vivir. Su decisión no tiene nada que ver con la mía".

En todo momento deja claro que su suicidio no es por la situación de su hija y su nieta sino por una estafa de 100.000 euros por parte de un hombre que le dijo que trabajaba en la ONU y que necesitaba dinero para cuidar de su hijo enfermo.