Fran estudia a través de una lupa segundo de bachillerato, y es que este joven sólo tiene un 24% de visión por una enfermedad rara: la anidiria o ausencia de iris. "Lo que a unos les lleva una hora estudiarlo, a mí me lleva tres", explica.

Sin embargo, la Xunta sólo le ha dado un 58% de discapacidad. Lo sorprendente es que a su madre, a los 13 años y con la misma visión le dieron una permanente, y por lo tanto, una pensión. Ella asegura que para su hijo debería ser igual porque "es una enfermedad rara, grave y degenerativa".

El oftalmólogo que les lleva desde niños no entiende que a Fran le pongan en su certificado que tiene un trastorno de iris, porque lo que pasa es que "no tiene iris, y por tanto no puede tener un trastorno en él".

La Xunta no ha dado a laSexta explicaciones del porqué de esta diferenciación pese a que el estudio genético de madre e hijo determinan que tienen lo mismo. Una pensión le ayudaría a Fran a costear medicamentos o un catalejo para la universidad. Por ahora, debe conformarse con su lupa.