Ana Estrada pide que se escuche su voluntad "para elegir cómo y cuándo morir". Con 43 años y una enfermedad degenerativa que la tiene paralizada por completo, reclama una muerte digna: "Quiero evitar el sufrimiento". Por eso, ha impugnado la ley que prohíbe la eutanasia en Perú.
"No me siento libre, no tengo la libertad de elegir", ha señalado Ana. La Defensoría del Pueblo ha presentado la acción de amparo ante la Corte Superior de Justicia de Lima. "Va a ser para el caso concreto de Ana, y será un precedente muy importante", ha afirmado Walter Gutiérrez, miembro de la Defensoría del Pueblo de Perú.
Es ayudada por quienes la asisten 24 horas, todos los días, postrada en una cama. Su estado de ánimo tiene altibajos: escribir le hace bien. Por eso, cuenta su experiencia en un blog personal. La polimiositis es una enfermedad incurable y progresiva que destruye los músculos.
"No puedo pararme, abrir la puerta y pedirle a alguien que me ayude a morir", ha lamentado Ana, que asegura que no pretende perjudicar ni poner en riesgo a su familia. "No quiere que nadie sea perseguido penalmente por cometer este acto", ha precisado Josefina Miró, asesora legal de la Defensoría del Pueblo de Perú.
Perú condena hasta con tres años de cárcel el homicidio piadoso. Mientras, otros países como Bélgica, Luxemburgo, Holanda, Suiza o Canadá tienen legalizada la eutanasia.