La Fiscalía pedía siete años de prisión para la mujer. Le acusaba de un delito de colaboración con organización terrorista por permitir a sus dos gemelos de 16 años enrolarse en Daesh y pedía para ella una pena de siete años, inhabilitación absoluta durante otros 15 y una multa de 1.800 euros. Sus hijos ya fueron juzgados y condenados a 18 meses de internamiento, una pena que luego fue sustituida por libertad vigilada con contenido socio-educativo.

La madre ya se ha sentado ante el tribunal de la sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional por permitir que sus hijos gemelos se dispusiesen a viajar a Siria para enrolarse en el Daesh, como ya hizo tiempo antes su primogénito, quien murió en las filas del grupo terrorista: "Me equivoqué, tenía que haber avisado de la radicalización de mis hijos". La Justicia ya ha dictaminado que la mujer no irá prisión.

Fue precisamente a raíz de la muerte de su hermano, a quien su madre ponía como ejemplo, cuando los gemelos comenzaron un proceso de radicalización que culminó con su integración en el Daesh y su determinación de desplazarse a Siria para hacer la yihad, como señala la Fiscalía en su escrito de conclusiones provisionales.

La radicalización se produjo en Marruecos, donde los menores se trasladaron junto con su familia en 2014 tras abandonar su instituto de Badalona y donde comenzaron a asistir a una madraza (escuela coránica). Poco después ambos cayeron en las redes de una célula de adoctrinamiento, lo que determinó que empezasen a acudir a una escuela islámica radical y que comenzasen a planear su traslado a Siria, guiados por un reclutador, M.M., que ya fue condenado en Marruecos por integración en organización terrorista.

Al tiempo, la familia volvió a Badalona, donde los chicos siguieron en contacto con su captador, que les llegó a ofrecer financiación para el viaje. Su madre, sin embargo, se oponía al traslado porque ambos eran menores y no quería que fuesen solos. Se encontraba "entre dos fuegos", llegó a decirle al reclutador en una de las comunicaciones intervenidas, ya que la elección era muy complicada. "Nosotros ya dimos uno (un hijo) ¡Gracias a Dios! y esperemos que Dios le acepte", le dijo.

Y añadió después: "Cuando veamos una clara revelación y un camino correcto, pues bienvenido sea (...) pero me resulta muy difícil que dos niños, que apenas están empezando, cogerlos y sacrificarlos así... (sic)" Sí que estaba dispuesta, sin embargo, a darles su autorización (necesaria al ser menores) en el caso de que el captador o un mayor de edad les acompañase en el viaje que les llevaría a combatir con el Estado Islámico.

"La razón la tienen", llegó a reconocer la madre en otra conversación, en la que tomaba especial precaución sobre lo que decía por teléfono, pero, para ella, lo importante era que viajasen acompañados de un adulto. Con todo, la madre de los gemelos acabó autorizándoles siempre y cuando tuviesen "todo hablado, todo explicado y todo arreglado" y no viajasen al territorio dominado por el Dáesh "así por así". Una decisión que el captador celebró: "Si yo tuviera 10 (hijos), no dejaría a ni uno sin ir". Fue finalmente la Guardia Civil quien impidió el viaje de los gemelos al detener a toda la familia en el municipio barcelonés el 31 de marzo de 2015.