Hacía 7 meses que no veíamos a José Bretón, desde el día que escuchó la sentencia que le condenó por el asesinato de sus hijos. Ha llegado al juzgado con el mismo talante, pero visiblemente más delgado. Se ha vuelto a sentar en el banquillo por un delito de malos tratos psíquicos habituales hacia su exmujer Ruth Ortiz.

La madre de los pequeños Ruth y José le denunció por malos tratos un día después de la desaparición de los niños. El viernes pasado Ruth decidió retirar su acusación, ya que considera que el mayor maltrato que sufrió fue el crimen de sus hijos.

Hoy, al igual que en el juicio por la muerte de los pequeños, no se han visto las caras, porque a Bretón le han colocado una mampara para que no pudieran verse. Ruth ni siquiera ha querido declarar. Bretón le ha dicho al juez es que es inocente y, de paso, se ha despachado, una vez más con su exmujer. Dice que el papel de madre le quedaba grande. "No es capaz ni de dormir a mi José. Yo le acaricio el pelo, le canto una nana y se queda dormido".

Bretón ha asegurado que él era el que se encargaba de todo en su hogar. Pero se sentía afortunado de tener a Ruth a su lado. "Puedo decir con la boca llena que su caracter fuerte y su personalidad es lo que me ha gustado siempre de ella. Me sentía afortunado porque me había elegido a mí para compartir su vida".

Una versión totalmente opuesta a la de su exmujer, que asegura que la maltrató psicologicamente durante toda su convivencia. Estas agresiones ni siquiera son un delito para la abogada de Bretón.

La fiscalía pide 3 años de prisión para Bretón, una indemnización de 9.000 euros, la prohibición de que se acerque a menos de un kilómetro a Ruth Ortiz y que no pueda comunicarse con ella por ningún medio durante 5 años. Una pena que se sumaría a los 40 años que ya cumple por el asesinato de Ruth y José.