El Gobierno de Hungría ha cesado a los principales responsables de la agencia nacional de meteorología (OMSZ) y, aunque no ha dado los motivos, dirigentes de la oposición lo atribuyen a una predicción errónea que llevó a modificar los actos por el día nacional.

El ministro de Tecnología e Industria, Laszlo Palkovics, se ha limitado a anunciar el cese de Kornelia Radics como jefa de la agencia y de su 'número dos', Gyula Horvath, sin desvelar los motivos exactos del cambio.

Sin embargo, éste llega sólo unos días después de que la agencia pronosticase fuertes tormentas en Budapest el sábado por la noche - con una posibilidad de entre un 75 y un 80 por ciento-. En base a estas previsiones, las autoridades decidieron cancelar los fuegos artificiales.

La tormenta finalmente no llegó y los medios afines al Gobierno comenzaron a difundir la teoría de que las autoridades habían recibido información "falsa".

En 2006, cinco personas murieron y más de 300 resultaron heridas por una tormenta durante las celebraciones del 20 de agosto. Desde entonces, el Gobierno se ciñe a las previsiones para decidir el alcance de los festejos.