Ángeles aún se pregunta qué ocurrió para que su hijo Isaac, de 18 años, fuera apuñalado hace unos meses. El joven murió por el ataque de varios miembros de una banda juvenil a la que no pertenecía pero que se sintieron agraviados porque tenía amigos pertenecientes a otra pandilla.

"Yo he perdido a mi hijo, pero no quiero que caiga ni uno más", explica a esta cadena. Su hijo Isaac estaba dedicado al mundo de la música y tenía amigos en dos de ellas. Ahora ella y su hija reciben amenazas por redes sociales y teme por los suyos.

"Puedes encontrarte un día que tu hija sale del tren y le dan una paliza", asegura.

El ejemplo de Carmen es solo una de las vertientes de cómo los pandilleros pueden cambiarte la vida. La otra es la de Carmen, que sabe lo que es tener a dos hijos integrados en los Latin Kings durante 15 años.

"Mi vida se convirtió en un infierno. Eran violentos, los encontraba con los cuchillos debajo del colchón", detalla. No muestra su rostro a las cámaras. "Yo temía por mi vida y por la de mis hijos", confiesa.

Ahora reciben apoyo profesional: no solo policías, sino también educadores. "Hay que sacarlos de ese entorno. Tienen que tener educadores, que les hagan entender que la vida no es esto. No es salir a defender tu vida o a quitar otra", dice Ángeles.