La sociedad española sabe lo que es cuidar el medioambiente. Sin ir más lejos, según el informe sociológico elaborado por Catchment para Ecoembes, 38,9 millones de españoles declaran ser recicladores en su día a día, un hábito que ponen en práctica para contribuir a cuidar la naturaleza.
En este sentido, ahora llega uno de los momentos más cruciales y delicados del año: las ansiadas vacaciones de verano. Millones de españoles ya tienen en mente su particular escapada, su merecido descanso después de meses de agobio por la vorágine del día a día, así como por el indeseado invitado de estos casi dos últimos años: la pandemia.
Por esta razón, es un momento ideal para recordar que se pueden hacer actividades en múltiples sitios en los que desconectar y con las que, al mismo tiempo, ser responsable con la naturaleza y el entorno que nos rodea.
Turismo sostenible o cómo descansar sin perjudicar al medioambiente
En este marco, ha notado un crecimiento sin precedentes lo que se conoce como 'turismo eco' o sostenible. "Son muchos conceptos que se mezclan", cuenta a laSexta.com José María de Juan, vicepresidente del Centro Español de Turismo responsable. No obstante, el fundador de la entidad incide en que, al final, el objetivo es siempre el mismo: "La base fundamental es no evitar los viajes ni las vacaciones, pero sí evitar todo lo que tenga que ver con impactos y la mitigación del cambio climático", afirma.
Un cocktail perfecto que, por la naturaleza que tiene el propio ecoturismo —desde rutas al aire libre en bicicleta o senderismo, hasta el descanso en cómodas casas de campo alejadas de la ciudad— permite a la ciudadanía disfrutar de sus vacaciones y, además, alejarse del coronavirus.
En este sentido, De Juan recuerda que, a raíz de la pandemia, la demanda de este tipo de actividades "ha sido espectacular", y tiene que ver principalmente, según el vicepresidente, con la "locura" que se disparó entre la población, especialmente tras el primer confinamiento, por viajar a parajes naturales. Algo que, como matiza De Juan, no siempre es positivo: "Hay una parte de la demanda a la que no le preocupan estas cuestiones. Pero otros tantos sí que miran por el medioambiente", incide.
Seguir reciclando estés donde estés es posible
Una de las formas de mirar por el medioambiente es siendo conscientes de que es necesario reciclar los residuos que consumimos también de vacaciones, lo que es muy fácil gracias a que podemos reciclar en todo tipo de espacios: desde los montes o las playas hasta los aeropuertos, estaciones de tren y autobús. Asimismo, cualquiera puede seguir con su labor de concienciación a través de los 388.174 contenedores amarillos y 229.594 azules disponibles las 24 horas del día y los 365 días del año.
En esta línea, destacan iniciativas como RECICLOS, el Sistema de Devolución y Recompensa (SDR) desarrollado por Ecoembes que premia a la ciudadanía por reciclar con recompensas sociales o ambientales a fin de mejorar su entorno.
El objetivo de la iniciativa es incentivar el reciclaje con recompensa de las latas y botellas de plástico fuera de casa. Por eso, la organización también ha impulsado máquinas de reciclaje que, ubicadas en lugares como estaciones de transporte o centros comerciales, permiten acercar la protección del medio ambiente. Una especie de ‘smartcontenedores’ que, a través de un límite semanal, permite a la ciudadanía obtener estas recompensas sociales y, sobre todo, fomentar un consumo responsable y sin excesos.
En este contexto, tampoco se quedan fuera otros lugares directamente relacionados con las vacaciones, como pueden ser los parques de atracciones. Solo en la capital, las máquinas de reciclaje están disponibles en el Parque de Atracciones de Madrid, Faunia, Zoo Aquarium de Madrid y el Parque Warner, por ejemplo. También en Valencia, donde los visitantes de la Ciudad de las Artes y las Ciencias pueden hacer uso de este sistema a la par que disfrutan de la oferta cultural del recinto.
Las rutas eco, una oportunidad perfecta para luchar contra la basuraleza
Ya sea a través de un largo trayecto en bici o en un simple paseo por los entornos naturales esgrimidos anteriormente por De Juan y otros expertos, las actividades eco al aire libre son una perfecta oportunidad para que la sociedad siga con su senda positiva del reciclaje y eliminación de residuos.
Así, las personas que efectúan estas escapadas, además de ser responsables con los residuos que generan, asegurándose de recogerlos antes de marcharse, pueden incluso animarse a recoger basura que han dejado otras personas y convertirlo en un juego. Por ejemplo, a través de la nueva app "Basuraleza", desarrollada por Paisaje Limpio y Vertidos Cero en colaboración con el Proyecto LIBERA, donde no solo se aprende dónde reciclar correctamente los residuos y registrar aquellos que vayas recogiendo, sino que, además, se ofrecen recompensas a medida que se van cumpliendo retos.
Ahora bien, la realidad es que existen multitud de oportunidades para tener unas vacaciones de calidad sin necesidad de tirar de recursos. Aparcar los coches, intentar viajar en transportes públicos o directamente tirar de bicicletas es una buena solución.
Ante esto, destacan iniciativas de turismo sostenible como Rutas Pangea, dirigida por Chus Blázquez Sánchez, y donde se hacen todo tipo de rutas en bicicleta, así como de senderismo.
"La apuesta es hacer un tipo de viaje con un menor impacto en el medioambiente, pero también buscar el viajar a una velocidad que nos permita conocer mejor los destinos que recorremos", explica el director. Habitualmente, los viajes pueden durar varios días, y esta misma semana ya se han organizado rutas extensas: de Soria a Santander y de Logroño a Castellón. Todo ello, en bicicleta.
Sánchez destaca que todos estos viajes se hacen al aire libre y, en las circunstancias en las que es inevitable pasar por interiores, se toman medidas de seguridad como la mascarilla o el respeto de la distancia. Aun así, se fomenta la interacción, y el propio gerente de la compañía ha descubierto, con el paso del tiempo, un cambio de tendencia: "La gente que opta por este tipo de vacaciones tiene otro tipo de sensibilidad por el medioambiente. Y se complementan varias cosas: porque es un viaje a otro ritmo, se visitan lugares desconocidos y espacios rurales y naturales", apunta.
Para el que solo busca descanso: casas rurales que miran por la ecología
Hay que tener en cuenta que no toda la población busca ejercitarse y hacer viajes tan extensos y enérgicos en sus vacaciones. También hay quien, simplemente, quiere echarse en un lugar que resalte por su belleza, disfrutar de buena comida y desconectar. Y esta es una actividad que también puede hacerse cuidando de la madre Tierra, esencialmente en complejos como La Posada El Candil, un pequeño establecimiento de Serón, un municipio de Almería, en el que demuestran que prácticamente todo puede ser eco-friendly.
"La calefacción la tenemos por una caldera de biomasa que se alimenta de huesos de aceituna", explica Daniel Gata, responsable de Sostenibilidad de este pequeño complejo de cinco casas.
En este sentido, la clave, como explica Gata, está en encontrar ese equilibrio entre disfrute y sostenibilidad. La obra del recinto ha sido realizada manteniendo la tradición con la que se realizaban las construcciones de los antiguos poblados de la zona, una construcción sostenible-bioclimática en la que han primado los materiales naturales como aislamientos de corcho o las vigas de madera de castaño.
Asimismo, la energía de todo el lugar se abastece con fuentes renovables, ya que, además de la calefacción, la luz o el agua caliente nacen de energía solar. "Estamos en un entorno natural y con especial cuidado bioclimático", incide el responsable, que también recuerda que cuentan con un huerto ecológico, una plantación de almendros y hierbas aromáticas. Aun así, desde el recinto también insisten en que todos estos cuidados climáticos no tienen por qué suponer un choque con la diversión.
Una filosofía de viajes que además se complementa con la concepción de que evitar el despilfarro es fundamental, ya sea en un viaje o en nuestra propia casa. Asimismo, la gran ventaja de estas actividades reside en no olvidar que el agua y la electricidad también son bienes de los que debemos seguir haciendo un uso responsable durante la época estival, como defienden desde la Posada El Candil, donde también se aprovecha al máximo la luz natural que proporcionan los meses de verano. Porque viajar no es sinónimo de contaminar, y mantener los hábitos ecológicos al final repercute positivamente en todo: en la naturaleza y en nuestras vacaciones.