"Ayer la página de Facebook de 'Locas del Coño' fue cerrada, al parecer por incumplir las 'políticas' de la red social después de semanas de reportes masivos", publicaba el colectivo en su página web el pasado 22 de diciembre.
No fue la primera vez que este colectivo sufrió un problema similar, ni tampoco la última, ya que, tal y como denuncia el comunicado emitido por el colectivo, "otras páginas feministas, así como compañeras, están siendo reportadas".
"Llevamos dos semanas deacoso machista organizado y sistemático", denuncian las responsables de 'Locas del coño', que aseguran que en otras ocasiones también les fueron eliminados contenidos de la página, como una viñeta o el propio logotipo de la revista.
Esta vez, Facebook se dirigió a las activistas de 'Locas del coño' a través de un correo electrónico tras dar de alta de nuevo la página web. "Hola. Su página ha sido restringida de manera temporal por nuestros sistemas automatizados. Sin embargo, hemos levantado las restricciones de su página y debería estar funcionando ahora. Pedimos disculpas por cualquier molestia que hayamos podido ocasionar. Por favor, siéntase libre de responder a este correo si está teniendo problemas para acceder a su página. Gracias, el equipo de Facebook", rezaba el mensaje recibido por 'Locas del coño'.
La página ya funciona, pero la censura de Facebookno es el único problema con el que lidian las activistas. Según Jessica Fillol, coeditora de la revista digital, cada día se enfrentan a perfiles que tratan de suplantar la identidad de la publicación y de sus editoras, así como perfiles privados que se organizan para denunciarles y conseguir que cierren su página de Facebook.
Además, se enfrentan también a amenazas y burlas, así como a mensajes que celebran el cierre de sus perfiles, que les envían otros usuarios y colectivos. Las editoras de 'Locas del coño' descartan las amenazas procedentes de fuera de España, aunque aseguran estar preocupadas por las que proceden de territorio nacional.
"Suele ser de gente de México y no le damos mucho crédito. Más preocupantes son las que llegaron hace cosa de un año procedentes de asociaciones de 'hombres víctimas' de la Ley contra la Violencia de Género", explica Jessica Fillol. "Difundieron mi dirección y mi teléfono, animaban a 'darle un susto a esta cerda'", añade.
"Decían que conocían mi historia, que conocían gente en los Mossos d'Esquadra, que nadie me iba a hacer caso y que cuando la Policía hiciera caso a mi denuncia me encontrarían enterrada en cal viva o con los pies por delante", relata. Jessica Fillol acudió entonces a los Mossos: "Fui a denunciar esas amenazas y la respuesta de los Mossos fue que (obviamente) no me podían poner escolta, que cuando viera algo raro llamara por teléfono y acudirían pero mientras fuese sólo por escrito no podían hacer nada".