Hay quienes hoy vivirán el Día de la Madre con la ausencia, por primera vez, de quien les dio la vida. Pese al desgarro, los expertos recomiendan "no afrontarlo solo o sola, no resistirse a las emociones, y sentirse acompañados". Además, aconsejan no evitar el dolor y, aunque no haya ganas, recomiendan celebrar el Día de la Madre.
"Es una oportunidad para estar en el agradecimiento, la gratitud y la celebración", expresa al respecto Montse Coll, psicoterapeuta experta en duelo. En la misma línea, el psicoterapeuta Carlos Fernández señala que "se revive en el recuerdo a esa persona para el resto de los días poder hacer nuestra vida, y no estar pegados constantemente al recuerdo".
Tras una pérdida, el primer año está marcado por la ausencia. Las primeras fases del duelo pasan por la negación, tal y como explica Montse Coll: "Empiezas a pensar que esto no puede ser, vas viendo la presencia en distintos lugares, todo te recuerda...". Además, hay enfado y "una lucha interna ante esta situación".
Pese a que la ausencia de una madre no desaparece después de estas fases, con el tiempo, "duele de otra manera", subraya la psicoterapeuta, quien añade que "es un dolor más dulce, que se va convirtiendo más en una cuestión más amorosa, donde no está el desgarro".
Y, finalmente, llega la aceptación, en la que, explica Coll, "se empieza a notar la realidad, hay menos lucha y no hay tanto peso en el corazón". Es, precisamente, esa ligereza la que nos permite transformar el dolor en amor.