Excálibur ha sido incinerado en un crematorio de Paracuellos del Jarama, en Madrid. Se pone así fin a la polémica sobre si era necesario o no sacrificar al animal. José Manuel fue uno de los veterinarios consultados por la Consejería de Sanidad. En la comunidad de Madrid no hay ningún animalario de nivel cuatro donde poder haber aislado sin riesgo al perro, por lo que apoyó su sacrificio."Tampoco teníamos un ambulatorio para recibir un nivel cuatro de bioseguridad, que es el que hace falta", ha afirmado. 

Carlos, el propietario temporal de Excálibur sostiene que no se consultó lo suficiente. Porque, por ejemplo, el Consejo General de Veterinarios de España apoyaba que fuera puesto en cuarentena. "

Critican además que ningún responsable se ha puesto en contacto con ellos para contarles cómo fue el sacrificio, "es tristísimo que una persona no sepa cómo ha pasado los últimos instantes su amigo". 

Aunque ya esté muerto, la polémica sobre el perro persiste en el extranjero, veterinarios creen que tendría que haber sido analizado. Peter Cowen, del Colegio de Veterinarios NCSU de Estados Unidos, ha declarado que "es muy desafortunado que hayan sacrificado el perro. Nunca han existido pruebas de contagio de perros a humanos. No ha pasado nunca. Así que no hay información científica que certifique que ese perro era un riesgo".

Mientras en el piso de Alcorcón ya hay velas en recuerdo de Excálibur, la prensa internacional critica la repercusión de la polémica. "Miles de muertos, pero es un perro el que despierta la indignación: Excálibur sacrificado por miedo a que pueda contagiar la enfermedad".

En Internet más de 300.000 firmas piden la dimisión de los responsables del sacrificio. Otros medios se preguntan si llegados a este punto, sirven para algo.