La exgerente de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) Marisa Gracia ha rechazado que se le considere responsable política del accidente de metro de julio de 2006 en el que murieron 43 personas, y el exvicepresidente de FGV José Vicente Dómine ha dicho que no se planteó dimitir por el caso. Gracia y Dómine han comparecido en la comisión de investigación de Les Corts Valencianes sobre el accidente de Metrovalencia del 3 de julio de 2006.

Marisa Gracia no se considera "responsable política" de lo sucedido porque era gerente de una empresa, un puesto de confianza para dirigir una empresa pero no un puesto desde el que se hacía la política de transportes. "Hice lo que mejor me parecía para mi empresa, siempre con el apoyo del consejo de administración, que aprobaba todas las inversiones y propuestas que se llevaban desde la gerencia", ha afirmado.

Gracia ha asegurado que dimitir tras el accidente habría supuesto "una irresponsabilidad" en "los peores momentos" de la vida de FGV y además el conseller que la designó, José Ramón García Antón, le dijo: "No te vas a ir y esto lo vamos a llevar entre los dos", según su relato. Por su parte, José Vicente Dómine ha asegurado que no se planteó dimitir tras el accidente pero ha admitido que no sabe "qué habría hecho" si hubiera tenido información adicional.

Dómine ha afirmado que como director general de Transportes de la Generalitat era vicepresidente de FGV, un cargo que se limitaba a la sustitución en caso de no asistencia del presidente y a "ejercitar" las acciones que el consejo de administración o la presidencia le encomendara, labores "de tercer orden". En el momento del accidente "no tenía ninguna función en la operación de FGV ni en el sistema de protección del tren", y estatutariamente la exgerente de FGV Marisa Gracia no era su subordinada, ha explicado.

Respecto a las causas del accidente, la exgerente de FGV ha reiterado que la causa del mismo fue la velocidad del metro, de 80 kilómetros por hora, y que en la curva del accidente no se habían producido incidencias con anterioridad. Por su parte, el ex director general de Transportes de la Generalitat y vicepresidente de FGV ha asegurado que una baliza adicional habría aumentado la probabilidad de que no se hubiera producido la tragedia.

Marisa Gracia ha manifestado que hasta el momento del accidente habían pasado por esa curva más de 1,5 millones de trenes "y nunca había ocurrido nada". Según Gracia, con posterioridad al accidente se colocó una señal de limitación de velocidad a 50 kilómetros por hora, que después se rebajó a 40, a petición de los sindicatos.