Alejandro Palomas ha roto casi 50 años de silencio. El escritor ha contado ahora los abusos sexuales que sufrió en el colegio, siendo tan solo un niño, por parte de un religioso. Un hombre de quien todo el mundo, incluso su familia, hablaba maravillas, pero que, cuando nadie le veía, destrozó su vida.

"Él me ató las manos y me tumbó de lado. Se tumbó a mi lado las dos primeras [veces], se pegó a mí y empezó como a frotarse contra mí e intentó introducirme el dedo en el ano", recuerda Palomas. "En la tercera ocasión fue distinto, porque él llegó con algo, él llegó, hizo lo mismo y no me penetró con el dedo, sino que me penetró con el pene y ahí si que hubo una penetración", cuenta.

Aquel fue el peor episodio de abusos que sufrió Alejandro, pero no el único: este religioso también abusaba de él en el coche, cuando el pequeño, de tan solo ocho años, se ponía enfermo. "Mientras iba conduciendo con la izquierda, con la derecha iba manoseándome todo lo que podía, me bajaba el calzoncillo... Esto él lo iba alternando con masturbación. Él se masturbaba hasta que terminaba", relata el escritor.

El hermano que abusó de él era de total confianza de su familia y de todo el mundo, "muy afable, muy social y muy sociable", pero eso no evitaba que le atacara sin que nadie le viera. "Fue una relación de poder, una relación de abuso", resume ahora su víctima.

Contó todo a su madre cuando escapó de él. "Llegué y me la quedé mirando, y la veía planchar. Entonces ella me miró y me dijo '¿qué pasa?' Y cuando ella me dijo 'qué pasa', me eché a llorar", rememora.

Entonces se habló y se pidió silencio, o 'discreción', como lo llamaron en 1975. El religioso, por su parte, siguió en activo y han pasado casi 50 años para que Alejandro haya podido hacer pública su historia. "Lo cuento ahora para, no por", afirma él.

Tras contar su experiencia, el Colegio de La Salle va a investigar lo ocurrido y el miércoles Alejandro puso un tuit al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que le contestó y con quien se reunirá.

Abusos en la iglesia que el Gobierno quiere esclarecer, así como la Conferencia Española de Religiosos, que considera que hay que hacer una revisión del pasado. De momento, solo el hecho de contarlo ha sido un gran paso que, para Alejandro, ha merecido la pena.