La lista la encabeza Noruega, el mejor país del mundo para hacerse mayor, y la cierra Afganistán, en el polo opuesto. España ocupa el puesto 21, detrás de países como Alemania, Reino Unido, Francia, Islandia o Estados Unidos y delante de Bélgica, Polonia, Portugal o Italia.

No obstante, la posición cambia en función de la variable de estudio: España es el tercer mejor país en lo que a salud de los mayores se refiere, sólo precedida por Japón y Suiza; pero ocupa el puesto 56 en cuanto a competencias por su elevada tasa de paro en personas de 55 a 64.

En materia de seguridad de ingresos figura en el 41, porque su cobertura por pensión "está 23 puntos porcentuales por debajo de la media regional" y en entorno favorable para vivir, es el número 22.

"Los datos del Indice nos muestran que en España las personas mayores viven razonablemente bien, con una alta esperanza de vida, aunque aún queda mucho por hacer para que vivan una vida segura, digna y saludable, mucho más teniendo en cuenta nuestros altísimos niveles de envejecimiento, que nos situarán a la cabeza del mundo" explica la presidenta de HelpAge International España y de la Mesa Estatal por los Derechos de las Personas Mayores, Isabel Martínez Lozano.

En su opinión, los datos deben suponer "una llamada de atención" para que "en estos momentos de recortes", sociedad civil organizada y Gobierno trabajen para "mejorar las condiciones de vida de las personas mayores, fortalecer sus derechos y visibilizarlos como miembros activos de la sociedad".

"Tenemos que estar preparados para vivir en una sociedad intergeneracional, donde los mayores puedan vivir dignamente, no sean discriminados y sean parte activa de la sociedad" ha añadido.

Este año, el informe incluye un análisis sobre las pensiones y cómo se gestionan en todo el mundo y concluye que "sólo la mitad de la población mundial puede esperar recibir una pensión básica y aunque hay otras políticas que apoyan a las personas mayores su implementación es lenta y no siempre efectiva".

"La velocidad sin precedentes a la que está envejeciendo la población mundial supone un reto para los responsables de las políticas públicas, que tienen ahora la oportunidad de cubrir las necesidades de sus ciudadanos y mantener sus economías", plantea el director Ejecutivo de HelpAge International, Toby Porter.

Según explica, casi todos los países tienen algún tipo de pensión pero en las últimas dos décadas ha habido un gran incremento de las pensiones no contributivas o "pensiones sociales", financiadas a través de los impuestos, que ya existen en más de 100 países, aunque las cantidades sean muy bajas.

El coste de las pensiones sociales es, conforme las conclusiones del informe, "mucho menor de lo que a menudo se cree". "La investigación en 50 países de ingresos medios y bajos reveló que el coste de una pensión universal para todas las personas mayores de 65 años, a un nivel equivalente al 20% del ingreso medio, oscilaría entre el 0,4% y el 1,8% del PIB de estos países", expone.

El informe destaca que el envejecimiento de la población está sucediendo en todas las regiones porque, de media, la gente puede esperar vivir 16 años una vez cumplidos los 60. Según expone, dos tercios de los mayores de 60 años en el mundo ya viven en países de bajos y medios ingresos y esto se elevará a cuatro quintos en 2050.

La proporción de mayores de 80 años está crece más rápido, y se espera un aumento del 2% actual al 4% de la población mundial para el año 2050. Al menos el 62% de ellos son mujeres.