El atestado policial que recoge los testimonios de las menores explotadas sexualmente en Madrid sigue aportando datos escalofriantes sobre la forma de proceder de la red desmantelada en la región.

Las menores eran captadas y drogadas bajo un miedo atroz. Las coaccionaban con amenazas continuas y abusos de todo tipo que llegaron a convertir sus vidas en una pesadilla.

laSexta ha tenido acceso a las declaraciones de algunas de las testigos protegidas, que han narrado cómo era la vida en las chabolas de San Cristóbal, Madrid. "Había varones de diferentes nacionalidades, mujeres de aspecto yonki y menores de edad, las cuales se acostaban con los varones que allí se encontraban a cambio de drogas", ha indicado en las diligencias policiales una de ellas.

Precisamente esta joven asegura no ser una de las víctimas de los abusos. Reitera que conoce a cuatro jóvenes prostituidas, pero niega ser una de ellas. Sin embargo, no se descarta que actúe por miedo, porque otra de las víctimas a la que obligaban a prostituirse ha asegurado que precisamente esta joven le pidió ayuda porque a las dos les estaba ocurriendo lo mismo.

De hecho, llegó a ser detenida por llevar cocaína y también la encontraron ejerciendo la prostitución. "La menor fue identificada en el interior de un vehículo junto a otra menor, testigo protegida siete, y junto a un varón de 59 años", detalla el escrito.

La historia de otra testigo, en este caso una joven que no estaba en ningún centro de menores, es igual de escalofriante. La menor afirma que se encontraba en una mala situación cuando conoció a 'El Ñoco', acusado de un delito contra la salud pública y de coacciones.

"Él me dio un dinero y droga para que se la guardara. Vi a la Policía, me asusté y lo tiré. Me dijo que tenía que trabajar para él para devolverle todo", explica en el documento, donde lo describe como un hombre muy peligroso que no dudará en hacerla daño si se entera de que ha hablado con la policía: "Mandaría a otra gente para no mancharse las manos".

Otra joven ha explicado a la Policía que fue una mujer de 30 años quien la captó en un autobús. La madre de la menor ha narrado que ese día "provocó un cambio en su personalidad": "Hasta ese momento era una joven centrada en sus estudios y religiosa".

La mujer explicó a la Policía que varios varones habrían intentado abusar sexualmente de su hija mientras estaba bajo los efectos de las drogas, llegando, incluso, a encerrarla.