Emprendedor e inmigrante no tienen por qué ser términos incompatibles. Las empresas solidarias forman a personas de difícil inserción laboral para que tengan una oportunidad de encontrar trabajo e incluso crear su propia empresa.

Javier Doval, coordinador de la asociación 'Pinardi', nos cuenta que "son chicos que tienen niveles de autoestima muy bajos, no saben lo que quieren, con necesidades básicas de alimentación o de alojamiento".

Es el caso de Ioana, una rumana que llegó sola hace 4 años a España con un hijo a su cargo. Corporanza, una empresa de limpieza ecológica la formó en el negocio y ahora va a estrenar su propia franquicia.

En este centro de masajes, la mitad de la plantilla está formada por españoles que estaban en riesgo de exclusión social y también inmigrantes. Saco es senegalés y llegó en una patera a la isla de El Hierro. Gracias a la formación que recibió en Masvital Zenter, ahora tiene papeles y trabaja en el propio centro.