Elaine Brown, antigua presidenta del Black Panther Party o Partido Pantera Negra, y figura clave del pensamiento revolucionario negro en EEUU, ha defendido que el feminismo debe definir sus estrategias y "pasar a la acción" porque "las manifestaciones no solucionan el problema".
Brown ha hecho estas declaraciones en Barcelona, donde participa en la feria de ideas y libros radicales Literal, a la que también ha sido invitada la exguerrillera colombiana Mireya Andrade, que llegará con un día de retraso porque ha sido retenida en el aeropuerto de Bogotá, según han informado los organizadores del evento.
Andrade ha perdido el vuelo que tenía que llevarla a Barcelona "tras saltar la alarma de la Interpol, lo que demuestra que los acuerdos de paz de Colombia no se están cumpliendo", según ha asegurado la coordinadora de la feria, Laura Arau. Literal "no es una feria fácil de organizar", según ha dicho Arau, porque da voz a disidentes que defienden ideas polémicas, como es el caso de Elaine Brown, la mujer que dirigió entre 1974 y 1977 el Black Panther Party, cuyos miembros recibían entrenamiento con armas de fuego para defenderse de la brutalidad policial hacia los negros.
Brown ha presentado en Barcelona la traducción al español de su biografía 'Una cata de poder', en la que hace un análisis feminista de las estructuras del poder patriarcal mundial y de su infiltración en los movimientos revolucionarios, como el Black Panther Party. En su opinión, "todas las luchas están interconectadas" y el antirracismo, del que es destacada representante, no se puede desligar de las luchas contra la pobreza, el fascismo o el machismo.
"La resurrección del movimiento de mujeres que se ha visto últimamente en Estados Unidos y otros lugares no es más que la reivindicación de un movimiento de mujeres que quieren trabajar en puestos en los que puedan oprimir a otras mujeres", al no plantearse cambiar el sistema, ha sentenciado.
"Las mujeres negras pobres que son violadas constantemente en Estados Unidos no están representadas en estas manifestaciones ni en esos ridículos 'pussy hat' que utilizan en América para protestar y con los que parece que se estén riendo de las violaciones", ha añadido. Estas manifestaciones "pueden cambiar pequeñas actitudes sociales", pero no ponen en cuestión el paradigma patriarcal que, en su opinión, es la causa profunda de desigualdad entre hombres y mujeres.
"Como se ha dicho tantas veces, las palabras son bonitas, pero las acciones mucho más", ha señalado, en respuesta a la pregunta de una periodista sobre el caso de La Manada. Recién llegada de Estados Unidos, Brown no ha querido pronunciarse sobre este caso en concreto, pero ha desvelado que su única hija fue violada cuando tenía 15 años y que, si hubiera sabido quién fue el autor, ahora ella estaría en la cárcel porque lo habría matado.
"Lo peor de aquella experiencia "es cómo la hemos vivido todos estos años. Creo que tanto ella como yo hubiéramos necesitado a nuestro lado un grupo de mujeres que nos abrazaran". "Tenemos que organizarnos entre nosotros para revertir la situación, no podemos esperar a que la justicia actúe", ha agregado Elaine Brown. Brown no confía en la justicia ni en los políticos y cree que "las cosas no han cambiado demasiado con la llegada de Trump, porque todos los presidentes de Estados Unidos tienen la misma función y ninguno se sale del guion".
La activista defiende que la "revolución saldrá del pueblo, no de los partidos", por lo que ha puesto en marcha un proyecto que ayuda a personas que salen de prisión a crear cooperativas laborales para que puedan trabajar y salir de la pobreza. "Facilitar ayudas para tirar adelante a la gente no es la solución a los problemas de nuestro mundo, pero favorece las condiciones para que sea el pueblo el que luche por sus derechos", ha concluido