Estamos acostumbrados a escuchar fuertes ruidos durante nuestro día a día, pero están envejeciendo nuestros oídos de forma inmediata. El tráfico es la principal fuente de ruido, ya que supone el 80% de la contaminación acústica. Pero no hace falta salir a la calle, en casa nuestros oídos también están en riesgo.

"Cuando escuchamos un sonido estimulamos unas células y si no les damos tiempo a recuperarse y las saturamos con el tiempo acaban deteriorándose y ahí es donde generamos un área de sordera", explica Carlos Cenjor, médico de la Sociedad Española de Otorrinolaringología.

A los 50, los jóvenes de hoy tendrán un oído de una persona de 80 años, según la Organización Mundial de la Salud. El uso de los auriculares a todo volumen es una de las principales causas.

Para proteger los oídos, los expertos recomiendan la regla del 60-60, es decir, utilizar los cascos un máximo 60 minutos seguidos y no más a de 60 decibelios.

Pero también las nuevas formas de ocio provocan que más de mil millones de jóvenes en todo el mundo oigan cada vez menos, lo que se traduce en un empeoramiento de la calidad de vida.

Los expertos también aconsejan seguir la dieta del ruido: dosificar, alejarse de las fuentes de ruido y usar tapones para que nuestros oídos tengan la salud que merecen.