En casa de Francisco Jesús y su familia ni siquiera el bono social de su compañía eléctrica les permite entrar en calor en su propia casa: "Aquí con la mantita y abrigándonos lo posible".

Apenas encienden los electrodomésticos o la televisión con tal de que no se dispare la factura. Para no pasar frío han tenido incluso que agudizar el ingenio. "Cojo el secador y me caliento la cama. Nosotros tratamos de no encender nada", afirma Dolores Pisones, víctima de la pobreza energética.

La pobreza energética es una realidad a la que diariamente se enfrentan en España cinco millones de personas. El problema del sistema instaurado: "La mala política energética de apoyo a la energía sucia, las tarifas mal diseñadas, con un parche que es el bono social que no resuelve el problema y un mal aislamiento", explica José Luis García, de Greenpeace.

Cambiar el abrigo por la bata de casa se ha convertido en algo cotidiano para Ana. Aún habiendo cambiado la potencia eléctrica de su casa para ahorrar, sus recibos en invierno no bajan de los 200 euros. Su vida, dice, está condicionada por el consumo de luz.

"El problema que te produce es el estar pensando 'me estoy gastando de más, no llego a final de mes, me estoy gastando el dinero que no puedo y encima tengo frío'", afirma Ana Hueso.

Ahora compensa el frío de su hogar con una estufa de gas y critica las políticas que acaban penalizando al consumidor: "Siempre que hay un cambio de luz, siempre pierdes, te sube y te cuentan lo que sea, pero pagas más", añade.

Piden al Gobierno una mayor protección para los consumidores más vulnerables y evitar una bajada de la temperatura a pesar de estar bajo techo.