Ana Julia no eligió por casualidad el sitio donde colocó la camiseta de Gabriel. Era una zona que frecuentaba con su expareja y cercana a su vivienda. Así se lo dejó caer a su hija en una conversación telefónica.

Su intención, dirigir todas las sospechas sobre él. "Le dije, ¿qué pasa que piensas que ha podido ser Sergio? - Pues no sé, es muy raro", declaró ante el juez la hija de la asesina confesa.

Un posible macabro plan que a su expareja no le pasó desapercibido. Ante el juez asegura que tras la desaparición, notó que Ana Julia tenía un actitud rara. "Actuó como si no me conociera. Noté algo raro. Y ya se fueron, me quedé muy inquieto. Me dije, algo está tramando".

Incluso el padre de Gabriel le llegó a preguntar a la expareja de Ana Julia por su furgoneta. Precisamente a la hora que desapareció el pequeño algunos testigos vieron pasar una furgoneta blanca. Pero, si Ana Julia tenía un plan para incriminarle, no le funcionó.