Actuó exactamente igual
que hace 14 años, secuestró presuntamente a una mujer en Igualada, Barcelona,
abusó sexualmente de ella y después la intentó matar de un navajazo en el
cuello. Ocurrió este fin de semana, cuando Tomás Pardo Caro disfrutaba de un
permiso penitenciario.
El juez de vigilancia
que autorizó su salida de prisión no percibió el riesgo. "El darle un permiso está autorizado por el juez
de vigilancia penitenciaria en función de la propuesta de informes positivos",
explica Amand Calderó, director general de Servicios Penitenciarios.
Las asociaciones de
mujeres piden que se endurezcan los requisitos para optar a estos permisos
penitenciarios. Creen que violadores reincidentes como Tomás Pardo Caro no
deberían pisar la calle hasta que hayan cumplido, al menos, 20 años de prisión. "Esto no tenía que haber pasado nunca, y en Cataluña ha pasado ya más veces y
no espabilan", explica Blanca Estrella, presidenta de la Asociación Clara
Campoamor.
Tomás Pardo Caro fue
condenado en 2005 a 26 años de cárcel por agredir sexualmente a Lucía Murillo,
a quien también intentó asesinar. Aunque han pasado muchos años, cuando Lucía
oye hablar de él, aún se echa a temblar. "Dios
me oiga y que no permita que esa bestia, ese animal, esa mierda de tio, salga
otra vez para cometer lo mismo que ha hecho ahora porque lo hará, disfruta con
ello", explica.
Su violador se encuentra
en estos momentos en los juzgados declarando por su última agresión sexual. En
los calabozos negó cualquier relación con los hechos.