El acto de entrega de la Medalla de la Ciudad de Marbella a Pablo Ráez, distinción que han recogido su padre y su hermana, se ha convertido en un sentido homenaje del Ayuntamiento y de sus vecinos al joven fallecido, que hizo viral su campaña para impulsar las donaciones de médula.

Los cientos de asistentes al Teatro Ciudad de Marbella, escenario de la ceremonia, han tributado un largo y emocionado aplauso tras la proyección de un vídeo dedicado a Ráez y también cuando el alcalde, José Bernal, ha hecho entrega de la distinción a su padre, Francisco, y su hermana, Esther.

"Mi hermano era un idealista, creía que el mundo podía ser mejor y decía que las personas eran las que hacían el mundo mejor", ha resaltado su hermana, que ha destacado: "lo que podemos hacer si queremos respetar su legado es que se continúe con la donación de médula y de sangre".

"Hay muchas personas que hablan con los ojos pero mi hermano hablaba con su sonrisa, transmitía mucha calma y muchísima alegría", ha señalado en su discurso Esther, que ha recordado que Pablo desde pequeño "siempre estaba sonriendo".

Por su parte, su padre, Francisco Ráez, ha señalado a los periodistas que "el legado de Pablo es que no hay que tener miedo" y ha explicado que la familia necesita "tiempo, volver al hogar y estar más tranquilos", pero intentará no perder la sonrisa. El alcalde de Marbella ha destacado que Ráez ha sido "tremendamente generoso, cuando la vida no lo ha sido tanto" con él y ha asegurado que su "lucha no ha sido en balde".