Por un trasplante de pelo, un paciente pagó hace años 9.000 euros, pese a lo cual no quedó muy contento. "Me tuvieron que operar dos veces", señala, "casi fue peor el remedio que la enfermedad". Ahora ha decidido volver a intentarlo, abonando esta vez casi la mitad de aquella cantidad: 5.000 euros. "No noto nada de dolor", señala, en plena intervención.

Precisamente, el abaratamiento de estas operaciones es la razón principal del 'boom' que vive la industria de los microinjertos capilares en España, donde se ha duplicado el número de pacientes en apenas un año, según estima el dermatólogo David Saceda.

Hace unos años un tratamiento como este costaba en torno a 8.000 euros y ahora podemos encontrarlo por 2.500, un descenso de más del 68%. "Los precios eran desorbitados", señala el doctor Jorge Novoa, que indica que entonces los pacientes podían llegar a pagar hasta 15.000 euros por un injerto capilar.

Detrás del recorte de precios está el aumento de la competencia. Por ejemplo, en Madrid se han abierto 30 clínicas en solo una década. Sin embargo, desde el sector avisan de la presencia de intrusismo, "clínicas de trasplante capilar sin estar especializadas", explica Laura Caicedo, directora de la clínica MEDEC Valencia.

Lo cierto es que el negocio que se ha disparado, gracias también a unas operaciones donde se ha mejorado la técnicas más fáciles, cómodas y con mejores resultados. "La mejoría en los tratamientos capilares en la última década ha supuesto una revolución", asegura David Saceda.

Todo eso ha hecho que clientes como Óscar prefieran quedarse en España "por si se complicara algo" en vez de viajar a Turquía, país con cientos de clínicas.

Al año unos 10.000 españoles viajan a Turquía para someterse a un trasplante de pelo que cuesta unos 2.000 euros viaje incluido, una tarifa ya no tan alejada de lo que posemos encontrar en España.