Iván Pardo afirma que nunca pensó en quitarle la vida a la pequeña Naiara. Así lo ha declarado este miércoles durante el juicio. Aunque dice que alguna vez tuvo problemas con la menor y su madre, el autor confeso de la muerte de Naiara ha señalado que su relación era buena y que le preocupaba la educación de la niña.

"Fue preguntarle a Naiara lo de los deberes y que no los tuviese hechos", ha explicado en relación al detonante de los hechos ante la Audiencia Provincial de Huesca, donde ha insistido en que no quiso matar a la niña. No obstante, Pardo ha confesado una serie de torturas y maltratos que se prolongaron durante unas cuatro horas.

"Reaccioné cuando se cayó, cuando la noté inconsciente. Lo primero de lo que me preocupé fue de controlar el pulso. Le di un par de bofetadas a ver si se recuperaba", ha apuntado el acusado. También ha hablado de que tuvo ayuda, pero no ha culpabilizado a sus sobrinas (una de ellas está imputada) con las que vivía y que fueron testigo.

Pardo ha insistido en que no sabe qué le pudo pasar: "Lo quiero achacar al estrés, a un cúmulo de problemas con la empresa". Arrepentido, ha dicho que hace no mucho pidió perdón a la madre de Naiara con una carta. Su defensa, que solicita que se le acuse de homicidio y no de asesinato, achaca lo ocurrido a la presión que tenía por hacer de padre de familia de sus sobrinas.