Dos de las tres víctimas del crimen machista perpetrado en Valga (Pontevedra), la madre y la hermana de la expareja del asesino confeso, no figurarán en las estadísticas oficiales de los asesinatos de violencia de género. Y es que, a pesar de que el registro de las "víctimas indirectas" de la violencia machista es una medida recogida en el Pacto de Estado contra la Violencia de Género, se trata de una de las actuaciones que todavía no se han completado.

La Guardia Civil detuvo a un hombre tras confesar que había matado a su exmujer, de 39 años, y a la madre y la hermana de esta, de 58 y 27 años, respectivamente. Mientras que la expareja del asesino confeso es la víctima mortal número 41 de la violencia machista en lo que va de año y la 1.016 desde que comenzaron los registros en 2003, ni su madre ni su hermana constarán en los registros oficiales, a pesar de que el Parlamento aprobó que así debía ser al recoger esta medida en el Pacto de Estado.

Esa actuación iría encaminada a "visibilizar a las víctimas indirectas de violencia contra las mujeres: familiares, amigas y amigos y entorno más íntimo de la mujer que también sufren la violencia machista", según el texto del Pacto. Esa visibilidad debería hacerse, continúa, "recogiéndolo en las estadísticas oficiales para conocer la magnitud real del problema, previa determinación de los indicadores que deben utilizarse".

Además, otra de las medidas establece que se tiene que ampliar el concepto de violencia de género a todos los tipos de violencia contra las mujeres contenidos en el Convenio de Estambul, no solo la que se ejerce en el ámbito de la pareja.

La Delegación del Gobierno para la Violencia de Género empezó a recoger el año pasado la información relativa a la violencia sobre la mujer fuera del ámbito de la pareja, pero aún no trabaja en ninguna estadística sobre los entornos de las víctimas de la violencia machista, como sería el último caso ocurrido en Galicia.

En la actualidad, solo forman parte de las estadísticas de violencia machista las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas y los menores, que comenzaron a contabilizarse en 2013. "Cuando se produce este tipo de caso hay que hacer una clarificación estadística. Efectivamente no computan dentro de las estadísticas de la ley 1/2004", explica la directora de la Fundación Mujeres, Marisa Soleto, que indica que "cada vez hay más organizaciones que están recogiendo lo que se llaman 'víctimas colaterales de violencia de género'".

Soleto ha pedido que, más allá de la estadística, se reflexione sobre el daño que estos agresores y asesinos "originan y que no se limita exclusivamente a las mujeres víctimas directas de violencia de género, sino a su entorno". "La violencia de género no es una cosa que incumba solamente a las víctimas directas, sino a toda la sociedad, y concretamente en los casos de las familias es un episodio que pone en riesgo a muchos miembros de la familia, no solo a la mujer", ha añadido.

La experta ha reconocido que el bloqueo político ralentiza la aplicación del Pacto de Estado y afecta no solo a las medidas que han de adoptarse en materia de igualdad, sino a los avances sociales en general: "Una nueva convocatoria de elecciones dilataría del orden de otros seis meses", ha lamentado.