Viven en un poblado chabolista y usan el transporte escolar para ir al instituto. Pero, al terminar las clases no tienen otro medio para volver. Regresan como pueden, la mayoría de las veces hacen a pie los siete kilómetros de recorrido.
Un camino, en ocasiones arriesgado, con cruces peligrosos y atajos campo a través.
De vez en cuando, algún padre les acerca, pero no siempre es la mejor opción. Los padres reconocen que, cuando pueden hacerlo, "llevan a seis o siete chavales, poniendo en riesgo sus propias vidas".
A pesar del esfuerzo, los chavales reconocen que el esfuerzo "merece la pena". Los hay que les gustaría estudiar derecho o medicina.
Es la única ruta escolar solo de ida de toda la Comunidad de Madrid. La Consejería de Educación justifica el recorte en el bajo número de usuarios y explica que para la vuelta, pueden solicitar ayudas al transporte.
Pero ni el centro, ni los afectados creen que sea la solución: dicen que ninguna línea de autobús llega hasta allí.
De momento, seguirán haciendo la ruta a pie.