En 2013, la Asamblea General de la ONU designó el 30 de julio como el Día Mundial contra la Trata durante una reunión de evaluación del Plan de Acción Mundial contra esta forma de esclavitud.

La buena noticia es que la cifra de víctimas de trata con fines de explotación sexual ha disminuido en España en 2018. Según un informe elaborado por el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco), esta cifra se ha reducido un 17,4% con respecto al 2017.

Sin embargo, desde el Centro alertan de que aunque las estadísticas bajen no lo hacen los casos, que permanecen escondidos. Destacan que estos delitos han cambiado y se han traslado de la calle a viviendas particulares, facilitando el acceso a ellos a través de Internet.

Según el último balance que han elaborado, en 2018 se registraron 128 víctimas de trata sexual, en su inmensa mayoría mujeres (117). Hasta la fecha, el número había ido en aumento. En 2015 se registraron 133 víctimas, en 2016 hasta 148 y en 2017 el número crecía a 155 casos.

Alarmantes son también el número de personas que estaban en riesgo, 9.315 en el año 2018. Esta cifra superaba las 10.000 el año anterior y casi llegaba a 14.000 en 2014.

La mayor parte de las víctimas eran de origen nigeriano (34). El dato más novedoso del estudio es la irrupción de las mujeres de nacionalidad venezolana y colombiana en los primeros puestos (19 y 18 casos respectivamente), provocado por la situación política de sus países. Las mujeres españolas afectadas por esta violencia durante el 2018 fueron 4.

Los españoles sí que ocupan los primeros puestos en lo referido a detenciones por estos delitos: hasta 53 de los 232 detenidos durante el 2018. También hubo gran cantidad de detenidos de origen rumano (50) o nigerianos (46). Esto se explica porque la trata se detecta cuando ya se está cometiendo la explotación, siendo muy difícil desarticular las bandas en los países de origen desde los que trabajan y donde permanecen en la sombra.

En lo relativo a la trata con fines de explotación laboral, se produce un aumento de 58 a 94 víctimas en el año 2018 según el informe del Citco. Desde el Centro matizan que este incremento del 62% se debe a un caso muy importante de explotación de jóvenes vietnamitas registrado en Barcelona con gran cantidad de implicados. Este caso también ha provocado que el país asiático se convierta en la nacionalidad más afectada por este tipo de trata en España.

Mientras que la víctima de explotación sexual es principalmente una mujer, el perfil de quien sufre explotación laboral es el de un chico de entre 23 y 27 años que se dedica al sector agrícola, al de la construcción o incluso al turismo.

Por comunidades autónomas, las más afectadas por explotación sexual son Andalucía (41 víctimas), Cataluña (27) y Ceuta (18). Respecto a la explotación laboral, las comunidades con cifras más altas son Castilla-La Mancha (40 casos), Cataluña (26) y Navarra (8).

Trata de personas en España

La Organización de las Naciones Unidas publicó un informe mundial sobre el tráfico de personas en el que recoge las cifras de las víctimas de esta forma de esclavitud. En él, alertan de un incremento del número de víctimas en 2016 por encima de los registros de los últimos 13 años, alcanzando las 24.000. En el periodo de 2003 hasta 2016, la ONU contabilizó unas 225.000 víctimas de tráfico de personas.

Mientras que los países de América y Asia experimentaron en ese periodo un gran incremento, los europeos y africanos permanecen estables en número de casos. El perfil de la víctima de trata es claro: las mujeres adultas suponen casi la mitad de todos los afectados en 2016. A ellas les siguen las niñas (23%), los hombres adultos (21%) y por último los niños (7%).

Según este informe, el principal fin del tráfico de personas en todo el mundo es la explotación sexual, que supone el 59% de todos los casos registrados en 2016. La otra gran parte de las víctimas (34%) son utilizados para realizar trabajos forzados. El 7% restante sufren otras formas de explotación, como tráfico de órganos, obligación a participar en actividades criminales o vender a sus bebés recién nacidos.