Normalizar aquello que no lo es puede ser el origen de un problema. "Muchas veces escuchamos 'estoy depre', y a lo mejor banalizamos la palabra 'depresión', que es un problema muy grave", expresa Alba Luque, psicóloga sanitaria de Cruz Roja. Tan grave que, según la Organización Mundial de la Salud, afecta al 3,8% de la población global, y peor aún, al 5% en el caso de los españoles, algo en lo que la pandemia tuvo parte de culpa.

Ante esta situación, Cruz Roja puso en marcha ya hace tres años el programa 'Cruz Roja Te Escucha', un teléfono gratuito para dar soporte psicológico. "Lo sorprendente es que ahora recibimos más del doble de llamadas que entonces", señala Alba Luque.

Y entre todas esas llamadas, más de 24.000 desde su puesta en marcha, hay una alerta preocupante: "Las que nos entran de menores de edad cada vez es mayor", subraya la psicóloga sanitaria de Cruz Roja.

En la misma línea, Pablo Llama, psicólogo de Proyecto Hombre Madrid, afirma que en los últimos tres años han detectado "un aumento del 15% de trastornos depresivos en las personas adolescentes y jóvenes", un perfil especialmente vulnerable, tal y como destaca Llama: "Aunque viven en un mundo que parece más cómodo, por otro lado es un mundo especialmente demandante con ellos, y cada vez a edades más tempranas".

Por ello, la mitad de los trastornos de salud mental aparecen en esta etapa de la vida, y uno de cada dos no son tratados adecuadamente. "Creemos que uno o dos meses antes de lo que tienden a llamarnos cuando el caso ya es grave facilitaría que la resolución de la problemática de esa persona hubiera sido de forma más sencilla", manifiesta Alba Luque.

En ocasiones, si no se cuenta y no se pide ayuda es porque sigue existiendo un estigma, un tabú. "A veces, no queremos reconocerlo, porque a los propios familiares nos cuenta reconocer que nuestros propios hijos puedan estar deprimidos", apunta Pablo Llama. Sin embargo, pedir ayuda y hacerlo a tiempo es la mejor forma de evitar consecuencias más graves.