Marino lleva dos años luchando para poder disfrutar del verano como cualquier madrileño. Aunque el Ayuntamiento de la capital publicita que todas sus piscinas están adaptadas para personas con movilidad reducida, él se encuentra con todo tipo de obstáculos. “Lo primero es poder cambiarme en un sitio y que no me tenga que cambiar en el rincón de la piscina de mala manera”, afirma.

laSexta Noticias ha tenido acceso a unas imágenes donde se puede ver que existen todo tipo de barreras. Desde un vestuario donde la puerta es tan estrecha que resulta imposible acceder en sillas de ruedas hasta un aseo supuestamente adaptado donde un escalón impide que lo pueda utilizar una persona con movilidad reducida.

Marino se queja de que “no puede bañarse en una piscina pública”. “Me tengo que ir a la de la Casa de Campo, coger cuatro autobuses y volver con otros cuatro en pleno verano y eso si no falla una rampa en un autobús que si no se convierten en cinco”, cuenta. No puede bañarse en la piscina municipal de su localidad porque en la no hay ninguna grúa que le permita acceder al agua, lo que genera decenas de quejas de los usuarios.

“Vienen indignados porque las personas que desde los despachos nos dicen que todo está bien no están sentadas en una silla de ruedas”, señala Javier Font, presidente de ‘FAMMA Cocemfe Madrid’. Además, destaca que las barras arquitectónicas “discriminan a cualquier persona”.