Dice que no lo pudo evitar: ejecutó a su familia porque su cerebro estaba enfermo. Es su alegato final después del juicio. "Soy un hombre de un sólo destino. No puedo arreglar el pasado., no puedo cambiar nada más", declara Patrick Nogueira,

Dice que quiere cambiar, por eso se dejaría hacer cualquier cosa. "No me importa que sea una incisión en la cabeza, que me empastillen hasta los cojones, lo que sea. Yo quiero cambiar", asegura. Palabras que encendieron a la familia de Janaina, que le increparon en sala y él respondió con esta mirada.

Para la defensa, Patrick es un enfermo mental. Han intentado demostrarlo con una foto de su cerebro. Pero los mensajes que intercambió con un amigo después de los asesinatos, muestran su crueldad.

Así contaba como mató a sus primos de uno y tres años. Antes habían visto cómo asesinaba a su madre: "Los niños empiezan a gritar. Es divertido, que los niños ni corren, sólo se quedaron agarrados". Después esperó a su tío Marcos. Confiesa que estaba cansado, ya había matado a tres personas y descuartizado a una de ellas.

Su amigo Marvin le dijo que tuviera "cuidado con el hambre por si se desmayaba y no podía acabar con la víctima", a lo que él contestó: "Comeré después de derribarlo a él, lo dejo desangrándose y hago un atún con pan, porque me lo merezco".

El testimonio de los investigadores dejó claro que Patrick huyó a Brasil y que no colaboró con la investigación. La declaración no gustó a su abogada, que busca un atenuante o un eximente que rebaje la pena de este asesino confeso.