Nada que apetezca más que comerlas pero nada que dé más pereza que hacerlas. Son las croquetas, las reinas de la tapa, un plato que suele llevar el apellido "caseras", pero que raramente cumple.

Según la Asociación Española de Patos Preparados (Asefapre), consumimos 20 millones de croquetas al día, 240 por segundo. De hecho, el 5,9% del total de platos preparados congelados que se venden en España son estas bolitas rebozadas de bechamel con cosas.

Hoy nos planteamos si hay vida más allá de la sección de congelados. Para ello, el cocinero Julius Bienert nos da varias claves para hacerlas rápido y bien.

Trucos para una croqueta rápida

No se trata de ser vago, se trata de optimizar recursos. O al menos, así lo vemos nosotros.

Y para eso, Julius nos da algunas bases:

  • Para el relleno (casi) todo vale. Las sobras del día anterior o una buena conserva pueden evitar que pasemos horas preparando lo que va dentro de la croqueta.
  • Los "productos trampa"...no son trampa si nos simplifican la vida. Existen bechameles en el mercado que vienen en polvo y se hacen sin calor, añadiendo líquido, en un par de minutos. ¡Y sin grumos! Así evitamos estar dando vueltas a la cuchara.
  • No siempre hay que freír. Los tramapantojos que usan, por ejemplo, galletas para rebozar las croquetas dulces, nos evitan pasar por la sartén. Tardamos menos y manchamos menos para ser más eficientes.
  • Otro truco es mánchate las manos de aceite para hacer las bolitas. Evitarás que la masa se te pegue a los dedos y ganarás tiempo.
  • Deconstruye. Imagina una croqueta con el relleno en un vasito y con pan de cracker por encima, a modo de rebozado, quedas como un chef sin mancharte las manos.

Si quieres ver algunos de estos tips aplicados, puedes verlos en el vídeo que acompaña estas líneas. Ahí tendrás la receta de una croqueta de pollo y jamón apta para celíacos, y de una croqueta dulce que no se fríe y se hace en menos de tres minutos.

¿Te animas a probar?