Nicole Finn provocó la muerte por inanición de su hija de 16 años. La menor, Natalie, pesaba solo 38 kilos cuando fue encontrada sin vida por la Policía. Sus hermanos, Mikayla y Jaden, también estuvieron a punto de morir de hambre y tardaron meses en recuperarse.

Ahora, una jueza de Iwoa, en Estados Unidos, ha calificado las acciones de Finn como imperdonables y la han condenado a tres cadenas perpetuas por un delito de asesinato en primer grado y tres cargos de secuestro, según informa 'New York Daily News'.

"La corte no puede imaginar qué tipo de trauma mental han sufrido estos niños", dijo la jueza Karen Romano. Durante el juicio, los fiscales describieron a Nicole Finn como una mujer más preocupada por sus animales que por sus hijos. Por su parte, el padre, Joe Finn, asegura que no está implicado en el asesinato de la menor, pues no vivía con ellos. Su juicio está previsto que se celebre en los próximos meses.