27 años después del asesinato de las niñas de Alcàsser, un juzgado de Alzira ha pedido que se tome declaración al capitán del barco en el que se perdió la pista de Antonio Anglés, el principal sospechoso del brutal crimen.

El libro 'El Fugitivo' escrito por Genar Martí y Jorge Saucedo, dos periodistas de Equipo de Investigación, ha sido clave para la reapertura del caso. Su riguroso y exhaustivo trabajo, que se remonta al año 2017, y del que se nutre el reportaje del mismo nombre emitido en laSexta en enero de 2018, aporta nuevos datos de uno de los prófugos más buscados en España.

[Equipo de Investigación: aquí puedes ver 'El Fugitivo' gratis en Atresplayer]

El 23 de marzo de 1993, Antonio Anglés se encontraba a bordo del barco 'City of Plymouth' cuando se le vio por última vez. La tripulación lo encontró en la nave como polizón y lo metió en un camarote del que escapó poco después a bordo de "un bote salvavidas". Volvieron a atraparlo y a encerrarlo en otro camarote y lo que pasó a continuación sigue siendo inexplicable a día de hoy.

Ahora, el Juzgado de Alzira encargado del caso Alcàsser ha emitido una orden europea de investigación para solicitar la colaboración de las autoridades del Reino Unido sobre la supuesta huida en barco de Antonio Anglés. Y ha pedido tomar declaración al capitán de la embarcación.

Ese capitán, Kenneth Steven, rompió su silencio en 2018 en Equipo de Investigación, como muestra el vídeo que acompaña a estas líneas. Tras escuchar su testimonio, la Policía envió al Juzgado de Instrucción de Alzira un informe sobre la posible ayuda que podría haber recibido Anglés.

"No pudo escapar sin ayuda"

"Uno de los miembros de la tripulación lo encontró en la cabina de dirección, cerca de la sala de máquinas y lo trajo hasta mí. No hablaba mucho, pensaba que era portugués porque tenía pasaporte portugués y estaba bastante tranquilo, vestido como se puede esperar de un pescador, nada fuera de lo normal", contó el capitán.

"En un principio, lo encerramos en un cuartucho donde nosotros guardábamos la cerveza, luego lo llevamos a un camarote vacío donde pensábamos que estaría seguro y lo encerramos con llave. Había gente cerca vigilándole, pero en un momento dado se las arregló para salir del camarote y escapó en un bote salvavidas", recordó Kenneth Steven.

"Escapó en una barca hinchable que debió dejar caer al mar desde unos siete metros de altura. Escapó en medio de la bahía de Bizkaia durante la noche cuando la mayoría estábamos durmiendo, fue una locura muy arriesgada. Entonces, emitimos un mensaje de radio a todos los barcos avisando a cualquiera que estuviese en nuestra frecuencia, los franceses mandaron un avión que lo encontró, lo recogió y lo subió de nuevo a bordo", añadía en su testimonio para equipo de Investigación.

"Después, lo volvimos a meter en el mismo camarote y cerramos las ventanas para que no pudiera abrirlas, también las atrancamos por fuera e hicimos lo mismo con la puerta. Era materialmente imposible que él saliese", destacó.

Entonces, el barco llega a Dublín y en el puerto las autoridades subieron a bordo para llevárselo, pero se produjo la gran sorpresa: se había ido.

"¿Cómo era posible? La madera seguía en la puerta, alguien tuvo que dejarle salir y haber recolocado la madera. No pudo escapar de ese camarote sin ayuda", exclamaba Steven.

Décadas después, el capitán reconoció a Antonio Anglés en una fotografía que no ha visto previamente y se negó a desvelar quién había sido considerado sospechoso. "No, no puedo decir de qué miembro de la tripulación sospechaba la Policía. No puedo acusar a nadie sin pruebas, no puedo hacer una acusación".