Con la llegada del Black Friday de este año, que se celebra el próximo 27 de noviembre, la compra por internet volverá a convertirse en el gran aliado de los consumidores. Así lo demuestra el estudio estacional de El Observatorio Cetelem, que recoge que más de la mitad de los compradores (65%) de la jornada del 'viernes negro' lo hará a través del canal online.

Este hecho provocará el aumento de la recepción de paquetes en los días siguientes, una práctica que muchos trabajadores realizan en la propia oficina. Ya sea por las limitaciones de los horarios de entrega, por la poca comodidad que suponen los puntos de entrega o por las largas jornadas laborales de nuestro país, los lugares de trabajo se han convertido en el sitio ideal para la entrega de pedidos personales.

Dada la popularidad de esta práctica, que además puede llegar a suponer un coste añadido para las empresas por el empleo del tiempo, el espacio y los recursos humanos, las compañías pueden llegar a formularse la siguiente pregunta: ¿puedo prohibir a los trabajadores enviar sus compras a la oficina?

"Hay un vacío legal en esta cuestión, no está regulado", explica a laSexta.com la abogada Rosana Esteve Navarro de Esteve Abogados de Valencia. A priori, la empresa sí que se puede negar a recibir los paquetes de sus empleados siempre y cuando lo indique en las políticas internas de la empresa de forma clara y anticipada, explica la experta.

De ser así, el empleado estaría obligado a recibir sus paquetes en el domicilio o en algún punto de recogida. Sin embargo, en el caso de que el trabajador desobedezca las directrices de la empresa y continúe recibiendo paquetes en el lugar de trabajo, "podría llegar a ser motivo de despido para la compañía", explica Esteve. De esta forma, la empresa iría acumulando sanciones cada vez que recibiera un paquete para tener más fuerza a la hora de despedir al trabajador. "Ocurriría algo parecido al caso de que un trabajador llegue tarde repetidas veces", añade la abogada.

A pesar de ello, existe una situación en la que la empresa ya no podría negarse a recibir paquetes. "Si el trabajador lleva mucho tiempo recibiendo paquetes y la empresa no le ha puesto ningún problema, esta práctica puede considerarse como un derecho adquirido que el empresario no podrá eliminar unilateralmente", explica al otro lado del teléfono Esteve. Por este motivo, es importante que las empresas cubran este vacío legal a través de sus políticas internas con el objetivo de que los empleados sepan a qué atenerse.