Sin necesidad de piloto, con una autonomía de vuelo de siete horas y programado para pasar droga -concretamente, hachís- entre Marruecos y la costa andaluza. Es la nueva herramienta en manos de los narcos que operan en el Estrecho de Gibraltar. Porque, desde luego, este narcodrón que ha intervenido la Policía Nacional es un aparato inédito en la lucha antidroga en nuestro país.

Esta aeronave, que ha sido intervenida en una operación llevada a cabo por los agentes en colaboración con la Policía francesa, en cumplimiento de una Orden Europea de Investigación de la Fiscalía de Cooperación Internacional de Málaga, cubría la ruta Marruecos-Málaga, pero su contenido tenía como destino final Francia, según ha informado la Policía.

Con una velocidad máxima de 170 km/hora, desmontable y con capacidad para más de 100 kilos, los narcos utilizaban su GPS incorporado para establecer la ruta y él solo volaba a su destino. Eso sí: siempre a poca altura para no ser descubierto. Porque llamar, llama la atención, como han constatado los agentes en rueda de prensa.

Ha sido el hallazgo más llamativo dentro de la operación Piñas, que ha concluido con el arresto de tres personas en Francia y una cuarta en Almáchar (Málaga). Pero, aunque sea la novedad en nuestro país, el aparato es un viejo conocido dentro del mundo del narcotráfico al otro lado del Atlántico, en México, que lo usan para transportar la droga a EEUU desde hace una década.

Así, y dependiendo de la equipación, estos narcodrones tienen un precio que puede oscilar entre los 30.000 y los 150.000 euros.