Es un desfile paralelo al principal, en el que participan 5.000 hombres y únicamente 20 mujeres, pero vestidas de cantineras, nunca de soldados.

Algunos vecinos prefieren no opinar, otros hablan de respeto y algunos creen que la polémica cada vez va a menos. Pero los propios integrantes de la compañía no se rinden y luchan porque la igualdad se imponga en esta tradición.

Varias instituciones han acudido al desfile para defender a la compañía mixta. Al igual que el diputado general de Guipúzcoa, que ha aprovechado para pedir al Ayuntamiento que apoye la igualdad.

Un desfile que se lleva celebrando desde 1639 y que, para muchos, necesita una nueva imagen que se adapte al siglo XXI.