Los agentes le exigieron que saliese del coche y soltase la espada samurái que llevaba en su mano. Pero lejos de obedecer, el hombre respondió de forma violenta y empuñando el arma caminó hacia los agentes, como se puede ver en el vídeo de portada.
El policía acabó disparándole hasta vaciar el cargador. El hombre tenía una enfermedad mental.