A escasos tres días de que España se quite la mascarilla al aire libre, aún no hay una especificación oficial de dónde y en qué circunstancias habrá que llevar esta protección contra el coronavirus. Incógnitas, no obstante, que el Ministerio de Sanidad va a cerrar esta tarde, junto con las comunidades autónomas, en el Consejo Interterritorial de Salud.

En este sentido, tal y como explicó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ya tenemos la certeza de que el tapabocas seguirá siendo obligatorio en sitios cerrados. Es decir, ya sea para entrar a un supermercado, en un bar o en una entidad bancaria, por ejemplo, nuestra protección (y la de los demás) frente a la enfermedad deberá seguir primando.

Un hecho que el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, ya remarcó esta semana en una rueda de prensa, ya que, como adelantaba, habrá "una serie de condiciones" en las que se mantendrá la obligatoriedad.

Unas especificaciones que se dictaminarán en un informe

Concretamente, la titular de Sanidad, Carolina Darias, ya ha puesto a punto el "Informe sobre criterios de flexibilización en el uso de mascarillas". Un documento en el que, como es usual ante cualquier cambio en las medidas frente al COVID-19, se han tenido en consideración las recomendaciones del comité técnico del ministerio, así como de los representantes de las CCAA.

Además, según recoge la Agencia EFE, en él se plantean unas medidas "muy comedidas", por las que se prevé que se recomiende la utilización de la mascarilla incluso en algunas situaciones que se den en exteriores. Ahora bien, como explicaba el propio Simón, toda esta regulación dependerá, a su vez, de una reforma legislativa.

En este sentido, el Gobierno se reunirá en un Consejo de Ministros extraordinario, que se celebrará mañana, jueves, con el que aprobará un real decreto que, tras su aprobación en el BOE, llevará a las regiones españolas a implementar el cambio a partir del próximo sábado.

Para ello, también hay que modificar la ley 2/2021, de 29 de marzo, que hace referencia a las medidas urgentes para hacer frente a la crisis de la COVID-19. En ella, se regulaba el uso obligatorio de mascarillas en la vía pública, en espacios al aire libre y cerrados de uso público o abiertos al público, así como en los transportes, para todas las personas mayores de seis años.

Algunas CCAA, reticentes al cambio

Esta modificación, al nacer del Consejo de Ministros, a diferencia de lo que ha ocurrido con otras flexibilizaciones (por ejemplo tras la caída del estado de alarma) no se efectuará con el voto de las comunidades autónomas. Un hecho que ya ha derivado en críticas de varios dirigentes regionales, como Andalucía, Castilla y León o Madrid.

En esta línea, la Junta de Andalucía, encabezada por el popular Juanma Moreno, ya ha advertido de que seguirá recomendando el uso de la mascarilla en exteriores aunque no sea obligatorio; probablemente, "hasta el mes de agosto". Al fin y al cabo, este territorio es el que presenta la incidencia más alta de toda España, con más de 170 casos por cada 100.000 habitantes y con alguna que otra provincia, como Córdoba, en riesgo extremo.

También, desde Castilla y León, el presidente Alfonso Fernández Mañueco ha lanzado el siguiente mensaje, en clara crítica por la adopción de esta medida: "Todos estamos deseando que la mascarilla desaparezca de nuestras vidas, pero con prudencia y bajo criterios científicos, no políticos".

Junto con eso, este es un rechazo que también han compartido en la Comunidad de Madrid, donde la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, a pesar de aceptar la medida, duda se haya tomado la decisión "pensando en los porcentajes, las distancias y la vacunación".

En cualquier caso, debido a su aprobación por real decreto, la realidad es que la mascarilla dejará de ser obligatoria en exteriores. No obstante, como advierten desde Sanidad, esto no significa que sea obligatorio quitársela, sino que simplemente queda a la libre elección de la ciudadanía. Por ello, la principal recomendación es tener esta protección siempre a mano, de tal forma que, si estamos ante una aglomeración, por ejemplo, pueda seguir protegiéndonos.