La carrera de San Jerónimo ha sido una pasarela por la que han desfilado todos los partidos bajo los flases de la gente. "Parece la entrada de los Oscars", declara un ciudadano.
En tres años hemos pasado de rodear el Congreso para protestar contra la política a hacernos selfies con todos, no importa el color del partido. "La fotografía no sólo la hacemos para tenerla, sino para mostrarla porque es una persona pública y mediática", explica Jorge Barnés, experto en comunicación política.
Algunos se han dado baños de masas, como Sánchez Camacho, y otros, se han jugado el tipo por saludar a los suyos en una fiesta de la democracia que se podría repetir en los próximos dos meses.