Francisco es un presunto estafador de muebles. Guardaba su botín en una nave que fue descubierta durante una investigación policial, y allí almacenaba todos los muebles. En su contra hay decenas de denuncias de gente que le contrató para una mudanza.

A Petra, por ejemplo, le arrebató presuntamente un mueble centenario. "El mueble no salió de Madrid, yo creo, porque a Gijón no llegó", asegura la víctima de esta peculiar estafa. Merche, por su parte, cuenta que le robó todos los muebles de su casa: "Me dejó con lo puesto, con el chándal que llevaba". Quería trasladar sus pertenencias desde Alicante hasta Bilbao.

Dice que Francisco, el presunto estafador, le pidió 3.000 euros por recuperarlos. "Tuve que empezar a comprarme todo. Se ha quedado con los recuerdos de toda mi vida", lamenta Merche. Algunos han intentado recuperarlos por su cuenta. La estrategia del estafador, según las denuncias, es pedirles dinero por el almacenaje de los muebles.

A través de una denuncia conjunta, las víctimas han logrado llevarlo a juicio por estafa y se enfrenta a ocho años de cárcel por engañar, sobre todo, a mujeres vulnerables. Juan Gonzalo Ospina, abogado de varias víctimas, resalta que normalmente buscaba mujeres mayores separadas o viudas para embaucarlas: "Siempre personas mayores, personas a las que les intenta sustraer información". El presunto estafador también tiene antecedentes por coacciones con violencia a sus clientes.