El PNV se ha llevado un disgusto por los gritos, como ha confesado su presidente, Andoni Ortuzar: "Estoy decepcionado". El lehendakari, en cambio, no habla de ellos, pero dice que después de la manifestación está dispuesto a coger las riendas del proceso de paz: "Es necesaria una solución compartida con todas las fuerzas políticas".
Aunque en el PP creen que se equivoca: "Es un gravísimo error que el PNV se coja del brazo político de ETA". Y la Fundación de víctimas del Terrorismo está desconcertada, como ha destacado Mari Mar Blanco: "El PNV dice que está con las víctimas, pero no le dice que no a la izquierda abertzale".
Todos mueven ficha, menos el Gobierno de Rajoy, que ni se inmuta. El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, lo ha dejado claro: "No vamos a cambiar la política penitenciaria por una o dos manifestaciones".