Tras asegurar que Sánchez "no renuncia a ningún apoyo" para sacar adelante las cuentas de 2019, Ábalos ha defendido que "nada tiene que ver" el proceso judicial contra los líderes independentistas del ‘procés’ con el debate presupuestario: "No se puede vincular, nada tiene que ver una cosa con otra", ha afirmado.

No obstante, ha subrayado que lo que prima para el Ejecutivo es poner en marcha la subida del salario mínimo interprofesional, la actualización de las pensiones y las ayudas a los mayores de 52 años, entre otros objetivos, y que cuenta con "instrumentos" para llevarlo a cabo, si su proyecto presupuestario no sale finalmente adelante.

En su comparecencia, el ministro ha vuelto a admitir que la Abogacía del Estado atiende a la política del Gobierno, como órgano dependiente de la Administración que es, pero ha rechazado que eso suponga que "hay injerencia" o que "se pueda pedir al abogado del Estado que te haga un informe que no sea ajustado a derecho". "El Gobierno siempre usa la Abogacía del Estado.

Yo llevo escasos meses, pero yo uso mucho la Abogacía del Estado y debo usarla, porque me establece los límites legales (...) Esto es así y no pasa nada: usamos la Abogacía del Estado, los gabinetes de comunicación, los gabinetes técnicos... Los servicios de la Administración están para usarlos", ha argumentado.

Además, ha destacado que el Ejecutivo socialista ha "ido bastante más allá" al introducir el delito de sedición como acusación de la Abogacía del Estado, frente al gobierno del PP, que "solo hablaba de malversación".

No obstante, ha descartado que Sánchez vaya a impulsar una actualización del delito de rebelión, como anunció el pasado mayo, por considerar que "en pleno proceso judicial no cabe plantear una reforma del Código Penal", porque el debate legislativo paralelo que se produciría "contaminaría" dicho proceso. En el análisis de la situación política y económica que ha abordado Sánchez con su ejecutiva, los socialistas han convenido que los desafíos a los que se enfrenta su Gobierno no son más intensos o importantes que los de otras etapas de la historia democrática del país, pero se quiere generar "de forma artificial" la sensación de que en España existe una gran "crispación".

En el PSOE creen que por eso en la derecha "se trabaja la imagen de tensión y crispación, buscando siempre la polémica en hechos que van más allá de la realidad", cuando la situación de España "no es tan tensa como algunos quieren plantear".

Convencido de poder superar el trámite de las enmiendas a la totalidad de los presupuestos, el Gobierno esgrime que su empeño es garantizar la gobernabilidad y defiende que hasta ahora ha conseguido las mayorías necesarias para que esto sea así.