Pedro Sánchez era el primero en hablar después de Rajoy, y arrancó el pleno dando la bienvenida al presidente en funciones, que por primera vez comparecía desde las elecciones.

El motivo era intentar explicar el acuerdo sobre refugiados, pero Rajoy no ha logrado convencer a casi nadie, ya que para Sánchez se ha acabado con los principios de la Unión, mientras que para Rivera se mezcla terrorismo con los que huyen del terrorismo y para Pablo Iglesias lo que tiene Rajoy es "algo de caradura".

Rajoy tampoco se queda callado, y empieza a subir el tono como en una sesión de control. "Algunos aspirantes a mesías suben el tono creyendo tener razón, pero tenga moderación y aprenda de mí, que en eso soy muy bueno", declaró el presidente.

Aprovechando que estaban todos, cada uno ha intentado librar su propia batalla. Sánchez a por Rajoy, echándole en cara el déficit; Iglesias a por Sánchez y a por Rivera por el pacto; y Ciudadanos, recurriendo a Venezuela para atacar a Podemos.

Con este clima se llega a la reunión en la que PSOE, Podemos y Ciudadanos se sentarán en la misma mesa para intentar que haya gobierno.