En su discurso en el debate de política general en el Parlament, Artur Mas ha denunciado que se intente convertir a las autonomías "en puras unidades administrativas prestadoras de servicios, sin perfil político y cada vez con menos capacidad de decisión. Y sin esto, no hay posibilidad de construir un proyecto propio de país". Para Mas, el Estado está ejecutando una "operación de recentralización a gran escala. Esta vez sin disimular".
Ha asegurado que el tramo final de este año 2014 marcará "un antes y un después en la historia de Cataluña", con la "voluntad y determinación" de la Generalitat y de la mayoría del Parlament de convocar una consulta soberanista el 9 de noviembre. "El debate de política general de este año se celebra en un momento especialmente trascendente y decisivo para nuestro país, su presente y, sobre todo, su futuro. A nadie se le escapa que el tramo final de este 2014 marcará un antes y un después en la historia de Cataluña. Espero y confío plenamente en que sea para bien", ha afirmado el presidente catalán.
2014 marcará un antes y un después en la historia de Cataluña
El presidente catalán ha abordado durante un discurso de una hora y cuarto los diferentes aspectos de su gestión al frente de la Generalitat, haciendo hincapié en diversas ocasiones al trato que el Estado, a su juicio, ofrece a Cataluña. Mas ha afirmado que, tras 35 años de pacto constitucional que Cataluña también promovió "nos encontramos en una vía en que vamos perdiendo instrumentos y recursos, es decir, en una vía muerta que no lleva a ningún lugar". Y ello especialmente tras la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut en 2010, que "expulsó a la mayoría de la sociedad catalana del pacto y el consenso constitucional", ha recalcado.
"De iure aún estamos. De facto, ya no -ha apuntado Mas-.La mayoría de catalanes habíamos pensado que aquello que el Estado se reservaba para decidir a nivel central, se decidiría contando con Cataluña y no casi siempre contra Cataluña o al margen de ella". El dirigente catalán ha lamentado además la "precariedad" de las finanzas de la Generalitat, aunque su ejecutivo ha hecho "todo y más" en los últimos años para hacerlas "sostenibles", en función de la "muy grave situación heredada a finales de 2010", cuando gobernaba el tripartito del PSC, ERC e ICV-EUiA.
"Hemos llegado al final del camino. No hay más margen para reducir el gasto si no se quiere poner en riesgo la calidad de los servicios públicos y nuestro Estado del Bienestar. Y este Govern no los quiere poner en riesgo", ha advertido. Ha alertado, asimismo, de la imposibilidad de "cumplir los déficits que se imponen desde Madrid" a las autonomías, que ha tildado de "arbitrarios e injustos" porque, a su juicio, "no se corresponden en absoluto al peso de nuestro gasto público ni con la importancia de nuestras responsabilidades".
También ha denunciado que el Gobierno "sigue sin pagar las deudas contraídas con la Generalitat", poniendo como ejemplo la deuda de 2.400 millones en infraestructuras; además de ironizar con que "el mismo Gobierno que presume del cumplimiento de las leyes" no ha revisado el modelo de financiación que "debía entrar en vigor este 2014, incumpliendo lo que marca la ley española". Por otra parte, ha afirmado que, en el presupuesto de 2015, se pretende recuperar la paga extra del funcionariado catalán a través de lo que recaude la Generalitat en el impuesto sobre depósitos bancarios.