Sánchez y Revilla iban a almorzar juntos en un céntrico restaurante de Santander. En el momento de entrar en el local, un hombre increpó e insultó gravemente al presidente del Gobierno en funciones, al que llamó "hijo de puta".

Fue entonces cuando el presidente cántabro no dudó en dirigirse al ciudadano para reprocharle su actitud. Lo hizo como él mismo reconocería posteriormente en un "tono duro" y visiblemente enfadado. "¡Compórtate, me siento avergonzado de ti. Me cago en diez!", le espetó Revilla.

El hombre, lejos de reconocer su error, le respondió que Sánchez debería "levantar España y no reírse de todos nosotros día tras día". Revilla insistió en que fuera educado y no insultara. "¡No insulte, hay que se educado hombre, me cago en la leche!", zanjó el presidente autonómico. La secuencia completa la puedes ver en el vídeo que acompaña a esta noticia.