Ciudadanos no da ninguna credibilidad a los aires de cambio que asegura haber llevado Pedro Sánchez a la Moncloa ni tampoco en los que se envuelve el PP con Pablo Casado, ya que para su secretario general, José Manuel Villegas, sólo se han dado "un barniz de cambio", pero son los mismos de siempre.

Por eso, afirma Villegas, ni se plantean readaptar su estrategia electoral a este nuevo escenario ni piensan que deban cambiar su discurso para distanciarse del PP de Casado pese a que hay voces que les meten en el mismo saco ideológico ante cuestiones como Cataluña, inmigración o terrorismo.

Según el número dos de Ciudadanos, que se llamen ahora Sánchez o Casado siguen representando al viejo bipartidismo y llevan sobre sus espaldas "las mismas mochilas y el mismo historial de corrupción" y, por tanto, afirma que no se sienten amenazados electoralmente por ellos pese a haber retrocedido dos puntos en el CIS.

De Casado, por ejemplo, señala que habrá que ver ahora qué credibilidad tiene al recordar que "lleva toda su vida en el PP" y no recuerda haberle visto levantar la mano u oponerse a ninguna de las políticas de Mariano Rajoy sobre Cataluña o el terrorismo.

"Uno puede hacer el discurso que quiera y seguramente es fácil inventarse frases, titulares o tuits", pero luego hay que tener credibilidad y la de Casado "está por ver", según afirma. Sobre Sánchez, una vez superado el descoloque que supuso el triunfo de la moción de censura y que no convocara elecciones, insiste en que no puede gobernar con 84 diputados y que para sacar adelante cualquier ley "tiene que ceder ante separatistas y populistas".

No se atreve a aventurar si el líder socialista "apretará el botón" electoral antes de agotar la legislatura, pero se teme que en lugar de poner por delante "el interés general no partidista" pondrá el suyo personal.

Parece, añade, que la idea de Sánchez es atrincherarse en el poder y "colocar a sus amigos con buenos sueldos en las empresas públicas", es decir "ocupar el Estado y aguantar lo que sea, aunque sea perjudicial para España".

Mientras llega esa fecha para las generales, lo que sí hay marcado en la agenda electoral son las elecciones municipales y autonómicas el año que viene. Dice el secretario general de Ciudadanos que todavía no están en "modo campaña" y que no se pondrán hasta enero, cuando empiecen con las primarias, pero lo que sí han hecho es tirar la caña para intentar pescar a los mejores "talentos" e incluirlos en sus candidaturas.

Uno de los fichajes que se están trabajando es el del exprimer ministro francés Manuel Valls, para ir de cabeza de lista por Barcelona, pero de momento éste sigue pensándoselo. Villegas ve posible que acepte la oferta, pero por ahora solo les ha trasladado que está en periodo de reflexión y que tomará una decisión después del verano.

Para Ciudadanos, Barcelona es una capital "importantísima" y no solo por su peso municipal sino también "por esa batalla" que quiere dar contra los separatistas y populistas y poder ganar la capital catalana "para los constitucionalistas". Tener el "refuerzo" de una figura como Valls para esta contienda, apunta, sería muy importante para Ciudadanos.

De cara al próximo curso político, lo primero que se encontrará Ciudadanos es con la votación del objetivo de déficit y el techo de gasto, y tiene claro que volverán a votar en contra si el Gobierno, como hará con toda probabilidad, viene con las mismas cifras al considerar que esos objetivos sólo se pueden pagar con más impuestos.

Rechazan que el Gobierno meta la mano en los bolsillos de los españoles, afirma Villegas, convencido de que es mejor para la recuperación económica que los ciudadanos puedan disponer de más dinero para fortalecer el consumo interno.

"Elevar el gasto descontroladamente no sale gratis: alguien lo va a tener que pagar y van a ser los españoles con más impuestos y como siempre será la clase media y trabajadora", argumenta. Pone en duda, en todo caso, que esa flexibilización del déficit (2.500 millones a repartir entre todas las comunidades), avalada por Bruselas, vaya a parar a servicios públicos fundamentales, como asegura el Gobierno: "Ya me gustaría que eso estuviera garantizado", recalca el "número dos" del partido. De todos modos, con una deuda pública del cien por cien del PIB, Villegas no considera oportuno suavizar el déficit.