El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha presentado un nuevo Govern de estructura similar al anterior y pocas caras nuevas, y que nace con una voluntad de "diálogo permanente", tanto dentro de Cataluña como con España.
"Debe ser un Gobierno de diálogo permanente, de palabras, no de ruidos ni de chillidos, de llegar a acuerdos y de pactar", tanto "dentro como fuera de Cataluña", ha destacado Mas en su discurso en el acto de toma de posesión de los miembros de su nuevo gabinete, celebrado en el Salón Sant Jordi del Palau de la Generalitat.
El presidente catalán ha precisado que ve "necesario el diálogo institucional del Govern con el Estado español", pese a la "distancia" que pueda existir en estos momentos. Mas ha afirmado que espera que el nuevo Govern sea transparente, eficaz, sensible con "la gente que sufre" las consecuencias de la crisis, al tiempo debe ser un Ejecutivo "capaz de decidir, no solo con palabras sino con hechos".
Tras la lectura del decreto de nombramiento de los consellers que ha realizado Jordi Baiget, nuevo secretario del Govern en sustitución de Germà Gordó, los doce miembros del Ejecutivo han prometido uno a uno el cargo frente a Mas y han saludado a la presidenta del Parlament, Núria de Gispert.
En un nuevo gabinete de perfil político, en el que se han reducido de cuatro a dos los independientes, Francesc Homs asciende a la posición de conseller, al convertirse el Departamento de Presidencia, que ya dirigía, en una consellería. Homs asume, además, Asuntos Exteriores, un área que Mas refuerza con rango de consellería y que justifica por la necesidad de explicar la consulta soberanista e internacionalizar la economía catalana, pese a que en el Diario Oficial de la Generalitat solo figura la denominación de "conseller de la Presidencia".
Con la nueva composición, Homs queda como número 3 del Ejecutivo, por detrás de Joana Ortega, que repite como vicepresidenta y consellera de Gobernación y Relaciones Internacionales. También continúan en las mismas carteras Andreu Mas-Colell (Economía y Conocimiento), Irene Rigau (Enseñanza), Boi Ruiz (Salud), Ferran Mascarell (Cultura) y Josep Maria Pelegrí (Agricultura). Germà Gordó pasa de ser secretario del Govern a conseller de Justicia, y Felip Puig cambia la cartera de Interior por la de Empresa y Empleo.
Las nuevas incorporaciones del gabinete, que se ha reunido por primera vez en el Palau, son el dirigente de Unió Ramon Espadaler (Interior), el alcalde de Figueres, Santi Vila (Territorio y Sostenibilidad), y la diputada de CiU Neus Munté (Bienestar y Familia). Para Mas, la composición esencialmente política de su Ejecutivo, con pocos consellers independientes, tiene como finalidad "mantener el barco a flote ante las inclemencias de la travesía, que podrían ser más fuertes".
En ese contexto, el Ejecutivo catalán, ha afirmado Mas, no debe ser un "Gobierno ilusionista" o "frívolo" en cuanto a las expectativas iniciales, pero, a la larga, "tampoco debe decepcionar las esperanzas de todo un pueblo". Mas ha apuntado como los principales retos del nuevo gabinete la recuperación económica, mantener la cohesión social y consultar al pueblo catalán sobre su futuro.
Excepto ERC, que ha manifestado su respeto por la elección de los consellers y ha recalcado que no ha intervenido en los nombramientos, el resto de partidos han criticado la composición del nuevo Gobierno. PPC y PSC han cuestionado que haya pasado de 11 a 12 consellers (con el ascenso de Homs), mientras que ICV ha considerado que el nuevo Govern refleja un "continuismo" en cuanto a los "diseñadores" y a los "ejecutores" de las políticas de austeridad del anterior Ejecutivo. PPC y Ciutadans han coincidido en considerar que el nuevo Gobierno de Artur Mas es de perfil "separatista" y que será incapaz de sacar a Cataluña de la crisis.