Sería la cuadratura del enorme círculo que forma el imperio de Enrique Ortiz en Alicante. La Policía explica con todo lujo de detalles cómo el constructor le dio 230.000 euros en dos entregas a Luis Díaz Alperi, el exalcalde de Alicante, que se defiende así de elocuente: "Es demencial, me dan ganas de devolver".

Para él, la palabra de la UDEF no es sagrada. La Policía dice que Enrique Ortiz le hizo llegar 170.000 euros para "compensar" el precio de la casa de su hija, la diputada Elisa Díaz, que al conocer la información ha respondido entre sollozos que su familia está compuesta por "personas normales". 

Momentos después, algo más serena, ha negado que nadie le haya pagado su casa: "Nadie me ha pagado mi vivienda, me la estoy pagando yo todos los meses con la hipoteca". Pero la policía documenta cómo la mujer de Enrique Ortiz, Malele, entregó el dinero a su padre.

"En las conversaciones intervenidas por la Policía aparece recurrente y misteriosamente un concepto: el bocadillo o el bocata. Los agentes creen que es la manera de referirse a las entregas de dinero. Lo vinculan al Plan Rabassa en su día liderado por Alperi y cuya ampliación pemitió a Ortiz construir 15.000 viviendas en Alicante.