El Partido Popular sabe que lainvestidura de Alberto Núñez Feijóoresultará fallida, aunque jugarán todo a una última carta apelando al conjunto de la Cámara, diputados independentistas y no independentistas. En este mes, desde que el rey Felipe VI designó al candidato, Feijóo no ha conseguido los "cuatro apoyos" que anunciaban desde un principio que les faltan.

Sí cuentan con el respaldo de los diputados del partido de ultraderecha, que suman 33 y que son indispensables. Pero precisamente esos apoyos son los que lastran al PP y hacen imposible que cuente con los 'síes' de otros grupos, como el PNV, que también resultan esenciales. No son muchos los que están dispuestos a apoyar a un PP que necesita, pacta e incluye a Vox, como ocurre a nivel autonómico y municipal en muchas instituciones.

Así las cosas, los 'populares' no descartan ninguna posibilidad para llegar a La Moncloa, y ahora, a la desesperada, apuntan no solo a los diputados socialistas incómodos con la amnistía, esos a los que Vox denominó "socialistas buenos", sino a los de cualquier partido. "No son necesarios más votos y con abstenciones de diferentes formaciones podría valer", dice Cuca Gamarra, secretaria general del PP.

Apelan a "toda la Cámara", después de rondar días a los socialistas que públicamente se han posicionado contrariamente a la amnistía. Esta apelación indigna al Gobierno, que acusa al PP de incentivar el transfuguismo, porque el PP continuaba lanzando el mismo mensaje a los parlamentarios del PSOE.

"Espero que todos esos socialistas que en publico y en privado dicen lo que dicen de la amnistía, lo demuestren con su voto en el Congreso. Cada uno tiene que votar en conciencia", repetía José Luis Martínez-Almeida este lunes.

Apelaciones a la conciencia y a la idea de igualdad entre los españoles que, según defiende Juanma Moreno, se romperá si en un hipotético caso volviera a gobernar el PSOE. El presidente de la Junta de Andalucía lleva también días llamando a los diputados del PSOE a "rebelarse por sus propios principios", aunque niega que con este discurso esté llamando al transfuguismo.

Pero esta actitud confirma que el PP sabe que Feijóo no tiene los votos. Por eso, sorprende que Gamarra haya dicho este lunes que Feijóo podría ser Presidente del Gobierno, pero que no quiere, que" renuncia". Se refiere a que podría haber logrado el 'sí' de Junts per Catalunya a cambio de una amnistía, aunque omite que eso hubiera sacado a Vox de todas las cuentas.

Y mientras la cúpula del PP se maneja en esos términos, el líder, Alberto Núñez Feijóo, se ha encerrado en su despacho este lunes para preparar su intervención. Mañana contará con el respaldo de senadores y presidentes autonómicos de su partido.

No se sabe si Pedro Sánchez tomará también la palabra para responderle en la primera sesión de este debate de investidura. Lo que sí que confirman fuentes de Ferraz a laSexta es que no renunciará a su protagonismo en cualquiera de los tres días que durará el debate y las respectivas votaciones.

Algunas fuentes apuntan a que primero podría intervenir por el grupo socialista Patxi López, el portavoz, para contestar al discurso inicial de Núñez Feijóo, y después las replicas las daría el presidente del Gobierno. Tanto los miembros del Ejecutivo como el candidato del PP pueden intervenir cuando quieran y sin límite de tiempo.

El PP viste el acto de Madrid de "histórico"

Esta investidura se celebra tan solo 48 horas después del acto que el Partido Popular convocó contra la amnistía el pasado domingo en Madrid. Un acto que se empeñan de vestir de histórico y sin precedentes.

Borja Sémper habla de una afluencia nunca antes vista: "Desbordó nuestras previsiones porque nunca en la historia de la democracia española un acto de partido ha congregado a tantas decenas de miles de personas".

Hablan, ya sí, de acto de partido, y presumen incluso de haber protagonizado el mayor acto político de la democracia. Pero para que esta afirmación fuera cierta tendrían que haber superado la afluencia a manifestaciones históricas, como el multitudinario cierre de campaña de Felipe González en el año 1982 o la marcha por el cambio provocada por Podemos en 2015, con más de 100.000 personas en ambos.

Y si nos ceñimos a hablar de actos de partido, esa afirmación tampoco sería cierta. En un mitin de hace 27 años, José María Aznar desbordó el estadio de Mestalla con más de 55.000 personas dentro y otras 15.000 que se quedaron fuera, según las crónicas de época.

Una cifra que no se alcanzó ayer en la plaza de Felipe II. Según los populares llegaron a las 65.000 personas y Delegación de Gobierno rebajaba la cifra a los 40.000 asistentes.

El Gobierno en funciones deja en segundo plano las cifras. Dicen que lo importante son los números de la investidura y Feijóo no suma lo suficientes.