Aplauso cerrado el que se ha escuchado para recibir a Pedro Zerolo a las puertas de la Casa de la Villa. En el patio de cristales, muy cerca del antiguo salón de Plenos, donde dió sus primero pasos como concejal, se ha instalado su féretro.
Su marido Jesús, sus hermanos y sobrinos arropados por compañeros y amigos. Todos ante un féretro adornado con una fotografía, varias rosas rojas y blancas y la bandera arcoiris, símbolo de su lucha.
La muerte de Zerolo ha reunido al pasado y presente del PSOE. Zapatero, Rubalcaba y Pedro Sánchez han compartido el dolor con su familia. Querido entre sus compañeros, pero también entre sus adversarios políticos. Zerolo era un activista incansable de los derechos y libertades de los gays y lesbianas cuando todavía el 'orgullo' no se sacaba a la calle.
Sus compañeros de la Asamblea de Madrid le rendían un pequeño homenaje con un minuto de silencio que finalizaba en aplausos. Recuerdo emocionado, también en el Congreso. Su lucha le hizo ser el hacedor de muchas de las libertades que hoy todos disfrutamos.
Su valentía y coherencia han sido los valores más destacados de su figura. "Hay que quitarse el sombrero ante la huella que deja en este país", afirma Cayo Lara. "Era el optimista, generoso por excelencia, el luchador que no saba nunca una batalla por perdida", decía una emocionada Rosa Díez.